Analizado el Proyecto de Código Orgánico de Salud (COS), remitido al presidente Lenín Moreno para que ejerza su rol de colegislador, el mandatario concluyó que “no garantiza el derecho a la salud y bienestar de los ecuatorianos y ecuatorianas”, por tal motivo su respuesta ha sido de objeción total.

El documento, que tardó ocho años en elaborarse, podrá ser tratado nuevamente por la Asamblea luego de un año, a partir de la fecha de la devolución.

El Ejecutivo argumenta que el COS contiene un extenso desarrollo de temas de índole técnico que adolecen de varias imprecisiones, que van desde definiciones erróneas o no actualizadas hasta una estructura institucional del sistema nacional de salud poco clara.

También reprocha que el articulado tenga un enfoque sancionador, pues a su juicio, lejos de garantizar el derecho a la salud, puede convertirse en un obstáculo para la atención ágil y oportuna por parte de médicos y demás personal de salud.

El COS había recibido objeciones de grupos sociales que veían con preocupación un conjunto de artículos, en especial que se dé paso a la atención de emergencias obstétricas en caso de aborto en curso, razón por la que exigían desecharlo.

La secretaria jurídica de la Presidencia aclaró que el veto no tiene que ver con presiones, sino que obedeció a un tema técnico y profesional, como le corresponde al Ministerio de Salud y a la Secretaría Jurídica.

El ministro de Salud lamentó que el Código no contenga nada sobre la vigilancia epidemiológica que requiere una pandemia, vigilancia genómica para saber cómo cambia un virus, ni incluya directrices sobre afectaciones como estrés, suicidios, violencia doméstica y más situaciones conexas a la pandemia.

Se colige que en la elaboración del referido proyecto de ley se perdieron tiempo y recursos. Los legisladores responsables deberían explicar por qué la normativa no responde de manera satisfactoria a los requerimientos en materia de salud. (O)