En respuesta al artículo ‘Sobre la encuesta de empleo del INEC: es mejor esperar’, el Instituto Nacional de Estadística y Censos considera aclarar ciertos puntos.
El INEC siguiendo su política de transparencia informó en tres ocasiones a la opinión pública sobre lo ocurrido con la Encuesta de Empleo, Subempleo y Desempleo, Enemdu, desde el inicio del confinamiento, en marzo de 2020. Asimismo, mediante una campaña de comunicación desplegada a través de nuestras redes sociales, dio a conocer la metodología alternativa de recolección para la Enemdu-telefónica. La necesidad de entregar cifras oficiales motivó a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe a publicar cuatros documentos específicos para asistir técnicamente a las naciones de la región, frent e a la coyuntura de la enfermedad por COVID-19: “Recomendaciones para la publicación de estadísticas oficiales a partir de encuestas de hogares” y “Recomendaciones para eliminar el sesgo de selección en las encuestas de hogares”. A esto se suma el apoyo técnico y continuo de la Organización Internacional del Trabajo, directrices que forman parte de la literatura especializada para el desarrollo de la Enemdu-telefónica. De esta manera, el INEC aplicó modelos estadísticos que garantizan la consistencia y validez de las cifras en el periodo de estudio (mayo-junio 2020). La Enemdu-telefónica, como todos productos estadísticos del INEC, se apega estrictamente al modelo de calidad estadística y cumple con los estándares necesarios para ser considerada como una publicación oficial y diferenciarla de la Enemdu tradicional, que se realiza desde 2007. El formulario utilizado en la Enemdu-telefó nica mantiene la estructura conceptual y metodológica de la encuesta tradicional, con el fin de salvaguardar el cálculo de indicadores de mercado laboral, y de ninguna manera se han incluido preguntas con tendencia político-partidista. Los módulos reducidos corresponden a otros indicadores que la encuesta de hogares recoge, como condiciones del hogar, de la vivienda y educación; sin afectar a los resultados de empleo, subempleo y desempleo. Esperamos, mientras la emergencia sanitaria lo permita, avanzar en la inclusión paulatina de estos módulos en los formularios de la encuesta de empleo. Presumir que la divulgación irregular de los resultados de la Enemdu-telefónica, desde uno de los espacios de socialización técnica, atenta a la confidencialidad de nuestra información, pues el INEC guarda los datos de sus informantes de acuerdo con la Ley de Estadística vigente y jamás los ha divulgado voluntariamente. No obstante, sobre la mencionada filtración, el INEC tomó las medidas necesarias ante la autoridad competente. La institución cumplió con la difusión de la Enemdu-telefónica, así como otros productos que demandaron esfuerzos logísticos y técnicos, a pesar de las limitaciones económicas y restricciones de movilidad, considerando que en mayo y junio del 2020 –momento del levantamiento de la operación estadística– el país buscaba el camino más acertado para superar la crisis. Para finalizar, la institucionalidad del INEC ha sido construida desde 1976. Conserva su fortaleza técnica que le caracteriza, con el firme objetivo de constituirse en un referente a nivel nacional e internacional por la calidad, oportunidad e innovación en la producción de información estadística. Por lo expuesto, solicito a su medio de comunicación, publicar la presente carta de acuerdo a lo establecido en el artículo 24 de la Ley Orgánica de Comunicación vigente. (O)
Diego Andrade Ortiz, director ejecutivo INEC, Quito

Respuesta de articulista
El INEC acierta en diferenciar la encuesta de empleo realizada telefónicamente con las encuestas tradicionales. Además acierta en llevar a cabo acciones con autoridades competentes para esclarecer por qué se filtraron datos oficiales de empleo. Esta última acción es fundamental para que la propia institución pueda garantizar transparencia y seguridad en la transmisión de información relevante, que en ciertos casos es individual y confidencial. Sentar ese precedente, de forma pública, solidificaría su legitimidad.
Sin embargo, detalles metodológicos y acceso a microdatos, como los identificadores de hogar que permiten calcular y replicar indicadores básicos, no han sido suficientemente desplegados. Adicionalmente, se necesitan mejores esfuerzos de socialización, sobre todo para que se intente abarcar a todos los espectros políticos relevantes. Es razonable que no se acepte públicamente los debilitamientos que se ha venido sufriendo en los últimos años; sin embargo, hoy tienen en sus manos la capacidad de evitar más debilitamiento y reconstruir procesos institucionalizantes. La discusión y retroalimentación de ideas es sana, no existe construcción de entidades públicas legítimas sin flujo transparente de argumentos y contraargumentos. (O)
Byron Villacís, Berkeley, California