Sobre las nuevas medidas del Municipio de Guayaquil para reactivar el sector inmobiliario, debemos realizar las siguientes reflexiones:
1.º Retirar la obligación de dejar el 35 % del proyecto para áreas verdes. Por supuesto que mejora la rentabilidad de los constructores, pero empeora terriblemente la planificación urbana. Seguramente empezaremos a ver proyectos llenos de hormigón sin un solo árbol. Pensar que empresarios privados van a ser responsables de estos es como pedirle peras al olmo. Dentro de 30 o 40 años nuestros hijos o nietos verán zonas sin el pulmón verde, debido a que ahora nuestros políticos toman decisiones equivocadas.
2.º Otra de las medidas conocidas es que también se deja al arbitrio del constructor la red eléctrica. En pocas palabras, que haga sin normativa como mejor le parezca. Los gobiernos deben realizar leyes que miren al futuro de cara a las próximas generaciones. Cuando en todo el planeta se habla de ciudades verdes, aquí vamos a contracorriente. Nuestra ciudad tiene una baja densidad de áreas verdes, basta con mirar las avenidas llenas de cemento, las palmeras que remplazan a los árboles que dan sombra. Si queremos estimular las actividades comerciales, empresariales, es hora de que pensemos más allá del horizonte buscando soluciones creativas, liberando la maraña burocrática alimentada por una politiquería grosera y audaz, que es la que realmente entorpece el progreso del Ecuador. (O)
Miguel Ángel Chávez Mendoza, máster en Economía, Guayaquil