Que a unas personas les afecte la escasez mientras otras consumen en exceso no compensa el desequilibrio que, durante décadas, ha venido experimentando el planeta Tierra en relación con los recursos que alcanza a renovar cada año y lo que consume la humanidad en el mismo periodo.

Hoy, 22 de agosto, se ha calculado como el día que, este año, la humanidad consumió los recursos naturales que nuestro planeta puede renovar en doce meses. Ese hito se ha denominado Día de la Sobrecapacidad –en inglés, Overshoot Day–; lo viene calculando desde el 2003 la oenegé estadounidense Global Footprint Network, para llamar la atención sobre el riesgo que acarrea el ritmo acelerado con el que se expande la población humana en un planeta cuyos recursos no son ilimitados.

Según Population Matters, la oenegé que cuenta la población mundial, la humanidad tardó 200 000 años en llegar a los mil millones y solo 200 años en llegar a los siete mil millones. Todavía estamos agregando 80 millones adicionales cada año y nos dirigimos hacia los 10 000 millones para mediados de siglo.

Asimismo, el día de la sobrecapacidad, que refleja el impacto que la humanidad ejerce en la regeneración de los ecosistemas, ha ido variando. En 1970 fue el 29 de diciembre; en 1980 se registró el 4 de noviembre; en 1990 se dio el 11 de octubre; en el año 2000 fue el 23 de septiembre; para 2010, el día de la sobrecapacidad de la Tierra fue el 7 de agosto, y el año pasado ocurrió el 29 de julio. A medida que aumenta la población, al planeta se le dificulta regenerar sus ecosistemas para la producción de recursos, lo que conlleva la lógica consecuencia de no ser sostenible de manera indefinida.

Este 2020, el consumo global ha descendido por efecto de la pandemia.

Reflexionar sobre el impacto que la población imprime en nuestro planeta puede llevar a adoptar políticas más eficientes que empaten con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, proyectados para 2030, en el marco de un planeta sano y con biodiversidad. (O)