Si se piensa concesionar las tres refinerías y está en marcha la convocatoria internacional para la construcción de una cuarta, vía sector privado, significa que ha elaborado el Estado ecuatoriano, sea el Ministerio de Energía o EP Petroecuador, el plan nacional de refinación del Ecuador para 20 o 25 años.
También de lo manifestado públicamente sobre las tres refinerías, se ha expuesto por parte del ministro de Energía la concesión de la planta termoeléctrica de Machala que trabaja con gas natural debido a la disminución de la capacidad de producción del campo Amistad, que abastece con este combustible a la mencionada planta termoeléctrica. Cabría pensar que probablemente se tendría que modificar la Ley de Hidrocarburos para permitir la importación de gas natural, quizás del tipo gas natural de esquisto o gas shale por ser el más económico a nivel internacional. Sin dejar por supuesto de indicar en esa concesión que el sustento de su funcionamiento será el mercado de exportación de electricidad a países vecinos. Al respecto, si esta concesión se planifica para unos 20 o 30 años, ¿entonces por qué no pensar para que se justifique plenamente la importación del gas natural, en la construcción del mismo proyecto de un gasoducto Barbones-Cuenca, para atender directamente la demanda del gas natural del sector industrial cuencano? Quedan estas inquietudes para el presidente de la República, esperamos que a través de sus portavoces nos hagan conocer las respuestas. (O)
Raúl Olmedo Serrano Carlín, máster en Ingeniería Gasera, Guayaquil