¿Cuánto pensamiento reflexivo hay entre los ecuatorianos? ¿Mucho, poco, o muy poco? ¿Podría aumentar?

Quienes vieron a mediados de los años 80 la serie televisiva The Thundercats quizás recuerden la frase de Leon-O, el líder del grupo de los ‘felinos cósmicos’, quien al empuñar su espada pedía: “Espada del Augurio, déjame ver más allá de lo evidente”.

Ver más allá de lo evidente es lo que nos hace falta a los ecuatorianos. Pero… para ello es necesario reflexionar, ser críticos, no dejarnos llevar por las emociones, por simpatías o antipatías, ni por resentimientos sociales.

Dejar de distraernos con memes en las redes sociales y buscar información que nos sirva para tomar decisiones importantes, como la elección de gobernantes que deciden qué tan bien o mal nos irá como país.

A la distancia de una búsqueda en Google está la información para entender cómo se ha vuelto imbatible la corrupción, los nexos políticos y familiares, los asociados en negocios, las alianzas, los pactos de silencio… Así se devela por qué la justicia actúa con limitaciones, por qué la impunidad supera en demasía la indignación ciudadana, por qué los líderes políticos no respaldan la propuesta de que una comisión internacional independiente de lucha contra la corrupción y la impunidad llegue e instituya procesos para que caigan quienes han fregado la economía del país y la vida de nuestros descendientes por al menos dos o tres generaciones más.

Pero preferimos ver cómo Rafael Correa, quien se fue del Ecuador luego de hacer y deshacer por diez años, y un nutrido número de integrantes de su séquito, que por no responder ante la justicia se refugia en Miami, Venezuela, México y Argentina, siguen manipulando desde el exterior con el discurso de amor por la ‘patria morena’, y tienen respaldo electoral.

Asimismo, vemos que aspirantes a capos, que están dispuestos a todo, amenazan y se burlan de procesos y autoridades. Hechos, evidencias, investigaciones, publicaciones… nada alcanza; aún así hay gente que celebra sus ocurrencias, su ‘viveza’.

Vemos cómo otro precandidato, menospreciando la cruda realidad de la gente dolida por las secuelas de la pandemia y el desempleo, no atina a nada más pintoresco que ofrecer: “Si soy elegido presidente de Ecuador, Barcelona Sporting Club será campeón de América”.

A todos ellos, y a todo aquel que logre calificarse, el Estado, a través del presupuesto del Consejo Nacional Electoral, le financiará la campaña propagandística en prensa escrita, radio, televisión y vallas publicitarias de las organizaciones políticas que presenten candidaturas unipersonales y pluripersonales… Las alianzas entre dos o más organizaciones políticas acumularán el espacio que les hubiese correspondido a cada partido o movimiento por separado, según el Código de la Democracia.

Álvaro Noboa propone luchar contra el estilo correísta, armar una sola fuerza electoral. ¿Qué lo impide?

Repito el consejo que un día me diera mi abuelita, con la sabiduría de sus años: “hay que ser curiosos”. ¿Seremos capaces de dejar la flojera y empezar a interesarnos, a buscar qué hay más allá de lo evidente? (O)