Quiero hacer público lo sucedido el viernes 22 de mayo de 2020 en nuestro Club de Talentos y Salud, un espacio abierto de aprendizaje, donde compartimos talentos, clases de guitarra, canto, piano, tejidos, actividades recreativas y educativas.
Ingresaron a la sala varios jóvenes desocupados, sin norte, que usan palabras soeces, se mofan, hicieron unos dibujos indecentes y sexuales. Esto demuestra que vienen de familias que no supervisan sus actividades, no los educan y no les ponen límites ni disciplina. Esto me llevó a pensar, ¿qué clase de Ecuador queremos? Es nuestra responsabilidad sembrar nobleza en el pensamiento y accionar de nuestros hijos y arrancar como hierba mala todo lo que entorpezca su desarrollo. Sembremos pensamientos positivos a través de lecturas y de nuestro ejemplo. (O)
Roxana Alejandra Fernández Berducci, magíster en Desarrollo de la Inteligencia y Educación, Guayaquil