Hay dudas frecuentes sobre lo actuado por el Gobierno. Sobre todo respecto del pago de $300 millones de capital de los bonos soberanos, en marzo. Algunos dicen: “Es inmoral porque no se atiende la enorme crisis interna”.

Recordemos cifras. La deuda externa alcanza $41 500 millones: 22 000 a bancos y bonos (tenedores: bancos e inversionistas internacionales), 6500 a Gobiernos (China, muy importante), 13 000 a multilaterales (FMI, Banco Mundial, etc.). Y hay que agregar probablemente $3000 millones por juicios y a proveedores impagos (aunque podría considerarse deuda interna). Más importante: esa deuda está en promedio a 10 años plazo al 6,5 % de interés. Muy malas condiciones (lo normal sería quizás 20 años al 4 %). Por eso tenemos pagos entre capital e intereses de $6000 millones en 2020, 4500 en 2021 y 6200 en 2022. Ya era difícil de pagar antes, peor ahora con el coronavirus; es necesario renegociar (Nota: usted no habrá encontrado las ventas anticipadas de petróleo en esta lista, ya se han ido cancelando).

Viene ahí la pregunta clave: ¿cómo renegociar? Teniendo en cuenta… Uno, imposible emitir bonos en el mercado privado internacional, como nos señala el altísimo riesgo país (con la “envidia” de que Perú y Panamá han hecho emisiones a 10 años al 2,5 %). Dos, necesitamos conseguir este año entre 6000 y 7000 millones adicionales de países (China, EE. UU.) y multilaterales. Tres, todo el sistema financiero mundial está entrelazado, cada uno mira lo que pasa con otros antes de actuar. Así, en la renegociación teníamos dos caminos. Por un lado, decir que no pagamos y punto. Por otro lado, con cada acreedor negociar para encontrar el mejor camino que posiblemente significa pagar algo, diferir el resto al futuro, ojalá en mejores condiciones, y necesariamente conseguir apoyo adicional. Como personas o empresas tenemos las mismas dos alternativas cuando entramos en crisis, y ¿qué camino escogemos en general? Yo creo que el segundo (…¿y usted?). Eso está haciendo el Gobierno.

Con los tenedores de bonos se pagaron $300 millones de capital, pero no intereses, y hemos conseguido formalmente un diferimiento hasta agosto para mientras tanto negociar, con el objetivo de diferir todos los pagos adicionales del año (800 millones) y mejorar los de años siguientes. Obviamente, si fracasa la negociación, el pago de $300 millones habría sido inútil y negativo, pero es imposible saber de antemano. Y con los demás (países y multilaterales) estamos en lo mismo: mejorar el perfil de pagos pero sobre todo conseguir fondos adicionales. La conclusión es la misma: si con ellos no conseguimos adicionales, pagarles es un error, pero hay que intentarlo… y si no, ir al primer esquema “no pagar y punto”. El FMI ya liberó hace unos días algunos fondos para Ecuador, pero menos de lo esperado… habrá que seguir “peleando”.

Cuando uno negocia, siempre los de afuera creen que se lo hace mal: “¡qué mal vendiste tu auto, qué mal negociaste tu sueldo!”. Pero hay que estar adentro para entender lo posible… Al menos dejemos al Gobierno el beneficio de la duda, hasta ver resultados.

Nota: Basta de ambiciones politiqueras al 2021 en el Gobierno. ¡Es hora solo de trabajar! (O)