Ante el anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de que su administración detendrá el envío de fondos a la Organización Mundial de la Salud (OMS) mientras estudia el papel de esta en el “pésimo manejo y encubrimiento de la propagación del coronavirus”, los líderes de países como Alemania, China, Australia y Nueva Zelanda se han pronunciado con duras críticas por tal decisión.

Siendo Estados Unidos el principal donante de la OMS –cubre aproximadamente el 15 % del presupuesto de la organización–, retirarle el aporte de unos $400 millones anuales tendrá un importante impacto en la lucha para controlar la expansión del coronavirus, que registra ya más de 2 millones de contagiados y 128 000 muertos en el mundo.

La cifra de muertos por COVID-19 sitúa a Estados Unidos en el primer lugar, por encima de países donde la pandemia causó estragos tiempo antes. El argumento de Trump, respecto a que el brote podría haberse contenido “con muy pocas muertes” si la OMS hubiera evaluado objetivamente la situación en China, donde se originó la enfermedad, parece escudar inacciones propias; aunque ello no exime una posterior evaluación una vez superada la pandemia, por ahora no se deben admitir distracciones que entorpezcan el desempeño de la agencia de salud de la ONU. (O)