El Estado ecuatoriano se encuentra viajando regresivamente en el túnel del tiempo hacia organizaciones sociales de pueblos ancestrales o autóctonos, solo habría que parar el reloj en línea de tiempo que imponga el más fuerte y violento; o estaremos viajando a futuros conflictos para contrarrestar la secesión que atenta contra la unidad territorial y así evitar ser un Estado dividido.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), después de un violento segundo levantamiento ocurrido del 03 al 13 de octubre del 2019, ha calificado a este como victorioso, debido a que logró sentar a su presidente en la mesa pública del supuesto diálogo, frente al debilitado y presionado presidente de la república y gobierno que dio paso atrás y derogó el famoso decreto 883 que intentó eliminar el subsidio a los combustibles; también ha intensificado su estrategia de despliegue en todo el territorio nacional, con el fin de lograr la adhesión de otros pueblos ancestrales, con el válido objetivo de político de llegar a gobernar en el 2021, pero también amenazando al gobierno que si no cumple sus aspiraciones podría haber otro levantamiento apoyado con un mayor número de nacionalidades, comunas o pueblos.

En la Constitución del 2008, cuya duración era para 300 años según los seudorrevolucionarios del socialismo del siglo XXI, la Conaie logró incorporar artículos para consolidar su autonomía político-jurídica, sobre sus territorios y recursos naturales comunales; hoy están siendo debatidos públicamente. No debemos dejar de lado que la Constitución establece que “Nadie atentará contra la unidad territorial ni fomentará la secesión”.

Desde mi punto de vista, hay artículos en la Constitución que contribuyen a la autonomía y que deben ser tratados urgentemente debido al peligro de la aspiración de crear seudoestados autónomos dentro del Estado ecuatoriano, ya tienen los elementos de un Estado: población, territorio, justicia, gobierno y fuerzas de seguridad.

Población: son parte de los ecuatorianos que viven o declaran pertenecer a comunidades, pueblos, nacionalidades indígenas, afroecuatorianos, montuvios; ancestrales. Según el censo del 2010 se dice que existe una población indígena agrupada en 14 nacionalidades y 19 pueblos.

Territorio: es parte del territorio nacional en las que se asientan las comunidades, pueblos ancestrales, nacionalidades indígenas, afroecuatorianos y montuvios, tierras declaradas de su propiedad, inalienables, indivisibles e inembargables y libre de impuestos.

Justicia indígena: la ejerce la autoridad de las comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas en sus territorios a base de sus tradiciones ancestrales.

Gobierno autónomo: las comunidades, pueblos o nacionalidades indígenas, afroecuatorianos, montuvios o ancestrales, dos o más podrán conformar circunscripciones territoriales para ejercer competencia de gobierno o adoptar un régimen de administración especial.

Fuerzas de seguridad: son miembros de las comunidades, nacionalidades o pueblos ancestrales que hacen las funciones de seguridad para ejercer el control, llama la atención que las actividades militares y policiales del Estado están limitadas por la Constitución. En el levantamiento, el presidente de la Conaie declaró abiertamente que quiere tener unas fuerzas armadas de los pueblos y nacionalidades indígenas, situación que debe ser investigada y sancionada por el sistema de justicia del país.

Estamos en el túnel del tiempo, presionados por la Conaie, sus pueblos y nacionalidades indígenas ancestrales integrantes, que basados en la Constitución interpretan los derechos logrados reclamando autonomía política para autogobernarse en sus territorios, con su justicia y además con sus fuerzas de seguridad según el presidente de la Conaie; debemos debatir si queremos regresar a organizaciones sociales ancestrales en forma de pequeños seudoestados, ir hacia secesiones conflictivas a través de levantamientos violentos que nos lleve a un Estado dividido o fortalecer nuestro único Ecuador. (O)