El Ecuador firmó contratos con tres consorcios extranjeros para la búsqueda de hidrocarburos. El país retornó a los contratos de participación, en los que Estado y contratista comparten el riesgo si el precio cae, y las ganancias si sube. Es el tipo de contrato al que están habituadas las petroleras, y que el gobierno anterior descartó en favor de los contratos con servicios, lo que a la postre redundó en una caída de la inversión, y por ende de la producción.

Los campos contratados son pequeños, por lo que no han merecido la intervención de la empresa estatal, que tiene proyectos mayores en sus manos. En contrapartida, presentan poco riesgo, al estar contiguos a los grandes campos, en particular Shushufindi. Por ello, la ronda se denominó “intracampos”.

Las compañías adjudicatarias son privadas, pequeñas y latinoamericanas. Las colombianas tienen campos en el Putumayo, al otro lado de la frontera, por lo que pueden administrarlos conjuntamente. Se facilita conectar a los campos colombianos con el OCP, para sacar su crudo por Esmeraldas.

Esta ronda intracampos es una de varias convocadas por las autoridades para conseguir inversión que permita añadir nuevas reservas a la producción y compensar el declive de los campos que se explotan desde inicios de los setenta. Ecuador enfrenta una caída de la producción, lo cual agravaría la situación fiscal. A menos renta petrolera, más severo el ajuste.

En los últimos 13 años, Ecuador se ha querellado con Occidental, Chevron, ConocoPhillips, Perenco y Petrobras, entre otras. Recientemente llegó a un entendimiento con las petroleras accionistas del OCP, por una disputa tributaria. A pesar de sus excelentes perspectivas hidrocarburíferas, este historial torna renuentes a invertir en el país a las petroleras grandes y medianas.

La última grande en irse es AGIP, la petrolera bandera de Italia; la reemplaza una empresa pequeña especializada en Latinoamérica. Las firmas más importantes que se mantienen en el país son Repsol, la petrolera bandera de España; ENAP, la estatal chilena, de su filial Sipec. Y las empresas estatales chinas CNPC y Sinopec, a través de filiales.

En cuanto a los campos directamente bajo la operación de Petroamazonas, la estatal ha contratado a empresas para que le den servicios integrales. Entre ellas a Schlumberger y a las estatales chinas. También contrató con PdVSA para el campo Sacha, con malos resultados, que obligaron a rescindir el contrato con la estatal venezolana. Queda contratar con una empresa servicios integrales en Sacha.

El horizonte inmediato, además de atraer empresas a los recovecos que quedan entre los bloques grandes, es el desarrollo de Ishpingo, el tercer campo del ITT. Pero el Gobierno ordenó reducir los trabajos en Ishpingo a dos de los diez sitios seleccionados para perforar.

El futuro a más largo plazo es ampliar la búsqueda de hidrocarburos al suroriente. Hasta ahora, el Gobierno le ha dejado le iniciativa a los activistas que se oponen a la actividad petrolera y minera. El ministro Pérez anunció que se abandonaba el proyecto de convocar a un concurso para bloques en el suroriente.

De ser así, el desarrollo del potencial petrolero del Ecuador será tarea que quedará para el próximo gobierno.(O)