Cuando paso por Los Ceibos se me vienen gratos recuerdos del que fuera el hipódromo Santa Cecilia, no solo por las carreras de caballos sino por el ambiente social y humano que se vivía en el escenario.
Personajes ilustres, entre los que recuerdo a don papá Agucho Febres-Cordero, Benjamín Rosales Aspiazu (don Benyi), me traen a la memoria sus actitudes afectuosas y amables con los concurrentes al hipódromo, sin distingos de clases; después de las carreras se reunían a festejar con otros propietarios de caballos, preparadores, jinetes y muchachos de corral; en la parrillada de Alcides Lázaro Guerrero, también preparador, en un ambiente con olor a caballeriza pero con respeto. En la tribuna de accionistas del hipódromo, las damas elegantes jugaban bridge y los caballeros tomaban un whisky y charlaban.(O)

Miguel Ulloa Paredes,
Guayaquil