Parecería que son los últimos días de Pompeya, hay que terminar las obritas que faltan, pero están bien atrasaditas. Las maquinarias que utilizan son modernas, primero, las agujas eléctricas que se encargan de destrozar las veredas (tractorcito); luego los tractores medianos (palas retroexcavadoras) que retiran las piedras despedazadas, luego las volquetas, que se las llevan con palas cargadoras. Luego los huecos para meter tuberías. Se supone –nadie lo sabe a ciencia cierta– que van a esconder los cables aéreos, pero ahí quedan a medio talle. El polvo con las lluvias se convierte en lodazal y para los ingresos a los conjuntos residenciales recurren a tirar piedra chispa.

Y los jardines de la avenida Samborondón están corriendo la misma suerte; no terminan los ensanchamientos de la vía –que suponemos serán para los paraderos de buses–, están también medio inconclusos.

Las veredas de la avenida Pedro Menéndez (Guayaquil), que lleva al puente de la Unidad Nacional, corren la misma suerte. Lo bueno de todo este shampoo de obras de segunda importancia, son los nuevos pasos peatonales elevados, se construyen tres frente al centro comercial Alhambra, frente a una parrillada y frente a unos almacenes también en la avenida Samborondón. Faltan más: uno frente a otros almacenes, otro en el centro comercial Plaza Lagos y dos más en dos moles más adelante, kilómetros 8 y 10; y otros dos en el cementerio. Ojalá construyan un paso peatonal en forma de “T” entre los moles Riocentro y Village Plaza. Los pasos elevados peatonales son indispensables para la fluidez del tránsito y el salvataje de los peatones; serían las puertas de ingreso a todos los establecimientos comerciales de la parroquia La Puntilla, y podrían tener unos 5 metros de altura, por lo menos, en esa zona. Que sea por el bienestar y la seguridad de los habitantes, más que por el embellecimiento.

Por otra parte, en Guayaquil se quedan debiendo unos pasos elevados peatonales en la vía a la costa, avenidas Francisco de Orellana, Pedro Menéndez, 25 de Julio, Quito y Machala; por lo menos, diez pasos más.(O)

Sucre Calderón Calderón,

abogado, Guayaquil