Nuestro invitado

La consumación de la globalización 4.0 en la era digital precisa un cambio radical en las políticas laborales que rigen a las naciones, que no debe ser establecido bajo una tendencia regional liderada por los organismos que manejan el flujo económico. Equívocamente las organizaciones financieras internacionales, mediante el aporte de liquidez a los países del subdesarrollo con fondos provenientes de las potencias mundiales, formulan las propuestas técnicas en las que se basan las reformas laborales, induciendo a cada gobierno a la tendencia global, sin tomar en cuenta el panorama integral que a más del aspecto económico, refleja la situación social y de la educación.

En el Ecuador, el FMI proyecta una tasa de desempleo con una variación de entre el 4,3% y el 4,5% entre el periodo del 2019 al 2023, con un máximo del 4,8% en el 2021. Durante el periodo 2019 al 2021, la tasa se incrementará, lo que refleja una disminución de ingresos por concepto de salarios. Esto, debido a la reducción del andamiaje estatal y la desinstitucionalización del mismo. Durante ese periodo se pretende reformar la ley laboral, buscando principalmente: a) ampliar el periodo de prueba, b) cambio en el contrato de plazo fijo y c) bajar costos de despidos como una manera de dinamizar el mercado laboral. Sin embargo, no son claros para los ecuatorianos los criterios para dinamizar la función económica en el periodo de transición. Países desarrollados suelen aprovechar esta contracción económica para financiar y preparar la especialización del recurso humano en temáticas inherentes a la ejecución de los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo.

Propuestas similares de reformas laborales se han aplicado en países como EE.UU. desde el 2012 y en la Unión Europea. En la zona euro, la tasa de desempleo en el 2014 era de cerca del 12%, mientras que para el 2018 se acerca al 8%, lo que implica una disminución del desempleo de cerca del 4%. No obstante, estas medidas funcionan en estos países, porque las empresas que inyectan capital son locales y las multinacionales operan financieramente desde las grandes capitales europeas o desde EE.UU. Además, el conocimiento adquirido en la etapa de contracción permite que el Know How de la transformación técnica se plasme en la creación de startups que crean fuentes de trabajo a nivel local y son escalables fácilmente en el tiempo.

La disociación entre el conocimiento y la creación del valor agregado en las materias primas relegará nuevamente al país a profundas crisis sociales. De cierto modo, y hablando en términos de empleo pleno, Ecuador contará con una mayor cantidad de ellos, pero con una brecha económica marcada por la desigualdad financiera. Entonces, la transferencia de conocimiento, la creación de patentes y los derechos del trabajador deben ser temas centrales de desarrollo en la nueva propuesta. Los ecuatorianos no podemos ni debemos permitir la venta de nuestros derechos por un poco de liquidez, despilfarrada en la corrupción. Es necesario un consenso desde la arista técnica y académica, que promulgue una ley de fomento acorde a las necesidades y potencialidades de nuestra nación, en donde prime la tecnificación de la materia con emprendimientos locales. (O)

* Docente, investigador.