Luego de las elecciones seccionales es notorio que hay cosas que están cambiando en positivo para las mujeres. Por ejemplo, Ibarra y Guayaquil tienen alcaldesa; y, por primera vez, Esmeraldas tendrá alcaldesa y prefecta durante el mismo periodo. Esto es aire fresco que respiran las niñas, quienes ven en ellas un ejemplo a seguir.

Sin embargo, temo que a partir de mayo, cuando se posesionen en sus respectivos cargos, podrían encontrar algunos obstáculos, seguramente tendrán que esforzarse el doble que sus pares masculinos, bajo la mirada constante de una ciudadanía que no está acostumbrada a escuchar una voz femenina al mando, pero confío en ellas, estoy segura de que sus obras serán recordadas como una gestión que ayudó al crecimiento en sus respectivas ciudades y cantones.

En consecuencia, su mayor responsabilidad es sumarse a la lista de quienes están trabajando activamente en política buscando un cambio, defendiendo conceptos, creando caminos que abrirán oportunidades para muchas pequeñas que ven en su triunfo una demostración de que la mujer no necesita masculinizarse o ser agresiva para conseguir respeto y llegar adonde desea, lo imperativo es estar decidida, prepararse académicamente y trabajar duro. Quiero creer que, con ellas al mando, las noticias que reporten los diarios empezarán a hablar de un país que logra vencer diferencias con la suma de voluntades.

Por ejemplo, Guayaquil vivirá por segunda ocasión el mandato de una mujer en el Sillón de Olmedo, pero esta vez se augura un mejor desarrollo del mandato, además, estamos a las puertas del Guayaquil Bicentenario y celebraremos grandes obras junto a una alcaldesa convertida en el ícono de una ciudad que evoluciona con el tiempo.

Al hablar de lucha por igualdad en oportunidades, recuerdo que el 4 abril de 1968, un joven de 39 años saludaba a sus seguidores desde el balcón del motel Lorraine en Memphis, Estados Unidos, cuando un francotirador desde la ventana de enfrente disparó la bala que terminó con su vida. Martin Luther King fue un activista por la igualdad racial y derechos civiles, cinco años antes, había pronunciado su icónico discurso en el que hablaba de un sueño sobre libertad y esperanza. Con los años, la banda irlandesa U2 creó la canción Pride, en homenaje a los conceptos que él defendía, porque todavía MLK se mantiene como referente en la búsqueda de equidad, ya que ser diferente es bueno, respetar convicciones es valioso, pero mantenerse firme frente a la adversidad y generar un cambio efectivo es el verdadero desafío.

Incluso, hay una parte en la letra de dicha canción que dice “they took your lifethey could not take your pride”. Ese “orgullo” del que se habla es inalienable, nuestro motor de lucha. También, creo firmemente que Ecuador vive cambios positivos que pueden ayudar a despojarnos de prejuicios y empezar a construir una sociedad inclusiva y equitativa que mire con optimismo el futuro.

Finalmente, comparto una de mis frases favoritas de Martin Luther King: “La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad; solo la luz puede hacerlo. El odio no puede expulsar al odio; solo el amor puede hacer eso”. Seamos luz, es nuestro momento.

(O)