El programa económico del Gobierno, que cuenta con el aval del Fondo Monetario, contempla cambios tributarios radicales. Hay un objetivo triple: simplificación, para reducir el tiempo y el costo al contribuyente para cumplir con la normativa tributaria; eliminar los impuestos que obstaculizan la marcha de la economía, y elevar la recaudación tributaria.

Según estudio del Banco Mundial, el pago de impuestos le toma 666 horas anuales a una empresa ecuatoriana. Eso es dos horas y media diarias por día laborable. Para las personas naturales, el pago de impuestos es también muy engorroso y complicado. Una vez que el Gobierno termine con sus cambios de leyes y reglamentos, al contribuyente se la va a hacer más fácil pagar impuestos. Pero le van a costar más.

El alza de impuestos vendrá con una reforma tributaria, que se anuncia se enviará a la Asamblea en octubre. En su parte sustancial, entrará en vigencia en 2020.

Una herramienta central es la reducción de lo que en el SRI llaman “gasto tributario”. Se refiere a los montos que el SRI deja de percibir de impuestos vigentes, por deducciones y exenciones. El Ministerio de Finanzas estima en USD5 mil millones lo que deja de percibir por exenciones, y quiere reducirlo a la mitad. ¿Ejemplos?

Los contribuyentes podemos deducir unos gastos personales de la base imponible al impuesto a la renta. Ese es un beneficio sobre todo para la clase media: para los ricos que pagan una tasa marginal de 35%, lo que deducen es un valor pequeño frente a sus ingresos. Es de esperar la eliminación o sustancial reducción de esa deducción.

Los pobres no pagan impuesto a la renta, por lo que no estarían afectados, a no ser que se reduzca la deducción general que está en USD11.310.

La mayor parte de los productos y servicios de la canasta básica están exentos del IVA. Estos productos alimenticios, medicinas y servicios de salud, entre otros, son candidatos a ser gravados. Habrá que ver qué deciden las autoridades. También se plantearía el alza del IVA.

Hay una serie de beneficios para grupos vulnerables. Es posible que se reduzcan los beneficios para la tercera edad y personas con discapacidad.

Probablemente se pasará revisión a las normas contables y buscará reducir los rubros que puedan deducir las empresas de su base imponible.

Algunos impuestos se irán, o cambiarán drásticamente. La devolución del impuesto a las botellas retornables ha dado lugar a un lucrativo negocio de recoger botellas plásticas en el norte del Perú y traerlas al país para acogerse a la devolución. Eso se acabará. Quizá también el impuesto verde a los carros. De manera gradual, se irá el impuesto a la salida de divisas, que desalienta el ingreso de capitales.

Este apretar el cinturón se torna indispensable por haber dilapidado la fortuna que nos trajo el petróleo en la última década. Entre la refinería del Pacífico que nunca se hizo, la fracasada repotenciación de la refinería de Esmeraldas, el terminal de Monteverde y el sobredimensionamiento de la Central Coca-Codo, el gobierno Correa desperdició más de USD6.500 millones. Ahora, tenemos que pagar la cuenta de eso, y mucho más.(O)