Me parece insólito todo lo que está ocurriendo últimamente, en las redes sociales salen videos de crímenes o violaciones a mujeres o linchamientos como si fuera lo más normal que puede pasar, y lo más asqueroso es la tranquilidad con que la gente filma estas atrocidades en lugar de esforzarse por ayudar para que esto no ocurra; pierden su tiempo filmando y no ayudando. Todas estas personas que filman son cómplices de los criminales desde el momento que no hicieron nada, que no lo impidieron. Vemos en los videos que no es que se encuentra una persona sola, que no hubiera podido auxiliar; no, hay cualquier cantidad de personas y policías que se amilanan, que se acobardan y que permiten que estos crímenes sucedan. Vemos que estudiantes en sus escuelas filman una pelea entre compañeros, cómo a una señorita un compañero le pega, ¿y qué es lo que hacen sus compañeros en lugar de separarlos y de defender a su compañera?; se hacen a un lado y se toman la molestia de filmarlo y ponerlo en el aire lo más pronto posible para tener la primicia de lo ocurrido y más “me gusta”, de ser famosos, según ellos. Parece que todo fue planeado.

Hace unos años cambió la enseñanza, todas las garantías son para los estudiantes, así sean los peores, dejando al profesor indefenso, sin autoridad y fácil presa del irrespeto de sus alumnos y de sus padres. Desde el momento en que en las escuelas quitaron materias como Cívica, Moral, Ética, Religión; materias que nos enseñaban del comportamiento y buenas costumbres, respetar los símbolos patrios (a nadie se le hubiera ocurrido hacerse un vestido con la tela de la bandera como lo hizo alguna candidata), y se hicieron leyes que permitían el consumo de drogas con una tabla y se comenzó a cimentar el descalabro de nuestra sociedad, de nuestros principios. Una sociedad ignorante donde impera el caos e irrespeto es el mejor caldo de cultivo para el caudillismo. Para cerrar con broche de oro, les damos “masterados” de asesinatos, crimen, lavado, con las narconovelas que pasan en todos los canales de televisión en todos los horarios; clases a domicilio de cómo tienen que planear un crimen, de cómo tienen que asesinar o robar. Y no solo las telenovelas extranjeras, las nacionales también se ponen a la misma “altura” para tener mayor rating... ¿Qué hace la Defensoría del Pueblo? Que yo sepa, nada. ¿Hasta cuándo vamos a permitir esta caída en picada de nuestra sociedad? ¿Cuál es el legado para futuras generaciones? ¿Cuál es el mensaje de nuestro accionar?(O)

Marcela Yépez Intriago,

doctora en Cirugía Plástica, Guayaquil