Existe la inquietud de que el nuevo Consejo de Participación Ciudadana y Control Social definitivo se convierta en una concentración de poderes políticos o económicos, después de su elección del 24 de marzo de 2019.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) debe estar sin intereses políticos y personales y tiene en frente dos opciones democráticas; la primera, realizar la elección de los miembros de este Consejo, y la segunda, efectuar dicha elección y conjuntamente en otra papeleta preguntar a la ciudadanía si quiere o no que el referido Consejo sea eliminado de la Constitución de la República; es decir, si gana el “no” es válida la elección realizada por el pueblo, y si gana el “sí” tácitamente quedaría anulada o sin efecto la citada elección. Por supuesto que si gana el “sí” significa que sus votantes anularon el voto en la elección de los vocales del señalado Consejo. Reflexión: ¿Para fortalecer la democracia del país es necesario que exista un Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, según la experiencia del pasado?(O)

Ángel Calderón Mayorga,

economista, Guayaquil