La intervención del anterior gobierno en la Universidad de Guayaquil dejó una secuela de irregularidades que siguen latentes, se destaca el ingreso desmesurado de personal contratado. El informe DR1-DPGY-0013-2018 de Contraloría señala que desde el 2014 se contrató alrededor de 2.500 nuevos empleados, superando el límite legal. En tanto, a los de nombramiento provisional que por antigüedad y por ley debía dárseles estabilidad, se les siguió postergando sus derechos.

En el personal docente tampoco faltaron anomalías, a profesores nuevos ni bien obtenido el título de maestría, se les contrataba a tiempo completo, aunque carecieran de experiencia. Muchos fueron favorecidos en concursos que hoy han sido cuestionados por jueces y organismos de control. Ese profesorado ocasional, y de concurso, fue incorporado en padrones electorales para garantizar el puesto a ciertas autoridades de aquel entonces. Desde aquella época varios profesores titulares principales hemos venido solicitando que se nos ubique en tiempo completo, pero nunca fuimos atendidos, la prioridad era favorecer a recomendados. El número de profesores ocasionales creció, por dar un ejemplo, en nuestra facultad de Comunicación Social de acuerdo con el Sistema Integrado de Universidad de Guayaquil (SIUG), para el presente periodo lectivo, había alrededor de 114 profesores ocasionales frente a 96 titulares. De esos 114 contratados, 81 están a tiempo completo. A profesores titulares principales, de 30 años de experticia docente y académica, con títulos de cuarto nivel, se nos sigue posponiendo nuestro pedido. Hemos presentado los reclamos a las actuales autoridades, pero no se nos ha contestado.

Es cierto que con la nueva intervención se han tomado ya acciones, como el pedir auditoría de los concursos de mérito, cuya idoneidad fue denunciada desde hace tiempo. Además existen disposiciones tendentes a disminuir los contratos ocasionales, cuyo periodo ha caducado.

Aparentemente existe voluntad de cambio, pero mientras no se desmonte toda la estructura dejada por la anterior intervención, poco será lo que se cambie, seguirán los abusos y será muy difícil que nuestra Universidad retome su marcha hacia la excelencia y la ciencia.(O)

Juan José Mejía Alvarado,

economista, Daule