La avenida Víctor Emilio Estrada (Urdesa) recibió la regeneración urbana del Municipio de Guayaquil con nuevas tuberías, además con jardineras, lindas palmeras, bonitos tachos de basura en las veredas, sobre todo en las esquinas de las calles.

Personas de esas cuadras y de otras calles más lejos de la ciudadela van a tirar a las esquinas de las veredas sus fundas de basura que sacan de sus casas, negocios, hasta animales muertos botan; esta cosa no hacen en las puertas de sus propios domicilios y negocios. Por otra parte, los chamberos, vagabundos, rompen dichas fundas, arrojan todo sobre las jardineras, el piso, y se limpian las manos en las paredes de las casas esquineras. Las familias que viven en casas esquineras deben soportar los olores a podrido (la lluvia no quita los malos olores del ambiente ni limpia las baldosas impregnadas de suciedad, cebo, lodo de la basura); la proliferación de ratas, cucarachas, moscas enormes; la mala imagen por los montones de fundas y basura regada. Familias que viven en casas esquineras sufren de estas molestias. De nada vale una regeneración urbana si no existen controles ni programas de educar al pueblo. Es típico también que de otras casas, almacenes, locales comerciales, etcétera, sus empleados o dueños barran su portal y con manguera con agua arrastren su basura por debajo de la vereda; eso (plásticos, papeles, cartones...) va hasta las alcantarillas de las calles esquineras, para tapar los desagües o ductos de las aguas lluvias, Por eso se inundan las esquinas con una simple lluvia y quienes pagan los “platos rotos” son las viviendas esquineras porque el agua estancada podrida de las alcantarillas se rebosa y mete a sus predios. Autoridades, controlen estos abusos a las casas esquineras y daños a la regeneración urbana.(O)

Ana Catalina de Maldonado,

Guayaquil