A falta de pan, buenas son las tortas parecería ser la actitud que han adoptado los habitantes de ciertas ciudadelas: La Milina, Puerta del Sol, Costa de Oro, etcétera.

Ante la falta de obra pública, que me permito resaltar: calles sin bordillos ni aceras y sin asfalto; alcantarillado pluvial inexistente y sanitario insuficiente; solares convertidos en botadero de basura; animales deambulantes cuyas deyecciones contaminan más el ambiente; proliferación de moscas y mosquitos, etcétera.

Frente a esta situación de insalubridad imperante, para evitar polvo en el verano y lodo en el invierno los residentes de estas ciudadelas, en particular los de La Milina y Puerta del Sol, han procedido a colocar hileras de piedra en forma escalonada cada ciertos tramos frente a sus casas, a manera de rompevelocidades para evitar las nubes de polvo que dejan el paso de automotores. En otros sectores se utilizan cabos, como los que sirven de amarras de las embarcaciones acoderadas a los muelles, colocados a flor de tierra y que persigue el mismo objetivo del caso anterior, que daña la suspensión de los vehículos por la dureza del material empleado.

Próximas las elecciones para elegir a las autoridades locales del cantón, les solicitamos visitar estas ciudadelas que a pesar de no rendir réditos electorales con el desarrollo estructural y administrativo de todo el cantón, en forma equilibrada y justa de todos los barrios, podemos tener la esperanza de que la Península sea una joya que brille, y así propender a ser considerado el primer balneario del Ecuador y del Pacífico sur. (O)

César Carrillo Védova,

médico cirujano. Salinas