La adicción a las drogas también se conoce como trastorno por consumo de sustancias, es una enfermedad que afecta al cerebro y comportamiento. El 80% de las personas que sufren adicciones presentan algún trastorno mental, padecen una patología dual, la cual se trata de forma personalizada e integral; si no se tratan conjuntamente la adicción y el trastorno mental hay recaída, perpetuando la enfermedad.

Los cambios de conducta deterioran las relaciones sociales, generan problemas. La adicción es una enfermedad que requiere soluciones médicas, daña la corteza órbito frontal cerebral, deteriora la memoria, afectando la capacidad de aprender y retener información nueva, disminuye la atención, interfiere en la capacidad de tomar decisiones. La adicción a sustancias psicotrópicas es un grave problema de salud pública en nuestro país, produce devastación cognitiva. Es necesario la intervención sanitaria especializada oportuna y la cooperación o alianza público-privada a través del Ministerio de Salud; no se puede esperar para construir un hospital de neurociencias. El Instituto de Neurociencias de Guayaquil tiene toda la infraestructura diagnóstica (tomografía, resonancia, electroencefalografía, etcétera) y el talento humano (psiquiatras, neurólogos, psicólogos, rehabilitadores físicos, etcétera) con lo que se puede brindar atención de calidad, evitando el daño de la sinapsis neuronal de los pacientes; los cuales necesitan atención mental, física y espiritual altamente especializada. Si no actuamos de una manera eficaz tendremos una generación de zombies encadenados por sus familias en sus hogares o en clínicas clandestinas; lo ideal sería que tengan atención integral neuropsiquiátrica para poder rehabilitarlos e insertarlos a la sociedad como ciudadanos útiles a la humanidad.(O)

Jaime Galo Benites Solís,

clínico intensivista, Guayaquil