Hay personas que por su trascendencia y carisma deben cuidar mucho de sus acciones y expresiones, porque pueden ocasionar desilusiones dolorosas. Tal es el ejemplo del expresidente Correa. Pero ahora quiero referirme a nuestro querido Francisco, con mucho agrado he compartido muchos pensamientos de dicho papa, entre estos aquel que indica que prefiere un ateo a un cristiano con doble moral.

En este contexto me he sentido profundamente preocupado y dolido por la presencia de un delegado del papa en la última posesión de Maduro como presidente de Venezuela, sin ni siquiera un comentario que en algo observe lo que está pasando en ese país. Considero necesario y prudente que la cúpula de la Iglesia nacional transmita esta preocupación al papa, que se dé una explicación mundial al respecto. No es por que se vaya a afectar mi fe sino que se considera absolutamente necesario el pronunciamiento pedido, por los vulnerables en la fe, porque es oportuno el pronunciamiento ahora y porque lo necesita el pueblo de Venezuela.(O)

Oswaldo Alfredo Navarrete Pacheco,

ingeniero, Daule