La información especializada apunta que el planeta marcha de prisa a sufrir los impactos del calentamiento general, no ha sido posible que los estados cumplan con sus compromisos de mitigación de los efluvios tóxicos que lo provocan, en corto plazo la elevación de temperatura promedio mundial rebasará el 1,5 grados centígrados y los mares seguirán aumentando su nivel. En compensación, las sociedades deben asumir más vigorosamente su responsabilidad para adaptar la principal actividad proveedora de alimentos, la agricultura y disciplinas afines, a condiciones de clima más calientes, para garantizar la alimentación de una población en constante crecimiento.

De manera inmediata los empresarios agropecuarios, pequeños, medianos y grandes, deben aplicar medidas prácticas para enfrentar el cambio climático, una de ellas es adherirse y aplicar la llamada iniciativa 4 por mil propuesta por Francia, consistente en incrementar anualmente en 0,4% el contenido de materia orgánica en los suelos y con ese solo hecho neutralizar las emisiones de las actividades agrarias, aumentando la capacidad de almacenamiento de dióxido de carbono de los propios suelos sujetos a cultivos y pastoreo.

El efecto de este proceso es positivo por múltiples razones, entre ellas porque contribuye a reducir significativamente la degradación de la capa fértil (casi la mitad de los suelos agrícolas la padecen), donde operan millones de millones de microorganismos en constante tarea para facilitar la nutrición de las plantas, mejorando su capacidad productiva de alimentos y fibras. Se estima en 1.200 millones de toneladas de carbono que podrían almacenarse en suelos agrícolas (cultivos y pastizales) en un horizonte de 40 centímetros (IPCC, 2014) de llegar a cumplirse la meta propuesta por la original iniciativa francesa, que puede ser realizada por todos los agricultores por más pequeños que sean.

Las entidades que operan en el agro en mancomunidad con los propietarios de unidades de producción, sin miramientos del tamaño de los predios, deben expresar su voluntad de apoyar y ejecutar la sencilla y realizable propuesta del ministro de Agricultura de Francia. Del país, solo la Universidad Agraria del Ecuador se ha adherido a ella, insistimos por tanto a los ministerios de Agricultura y Ambiente, a otras universidades y gremios sumarse a esta corriente, que busca proteger nuestra maravillosa naturaleza del calentamiento global, aumentar la productividad de los campos, con más alimentos y, por consecuencia, mayores ingresos para los campesinos. (O)