Es lamentable la caída de la calidad de programaciones televisivas locales, especialmente en vivo, en que a pretexto de arte utilizan grotescamente “bailes” sensuales que no son otra cosa que vulgares escenas pornográficas, en las que participa gente que son calificadas como “divas” (?).

Animadores de estos pésimos programas creen que distraen a la teleaudiencia por gritar y hablar atropelladamente y presentar señoritas cuyas vestimentas son escasas. Una persona se caracteriza por su sobriedad en el vestir, en el hablar, en la sencillez, en la delicadeza edificante.

Muchos llamados programas de farándula son chismografías de dimes y diretes, creando expectativas en forzar imágenes de falsos ídolos; y dan pésimo ejemplo de la poca o ninguna calidad donde no hay buenos ejemplos de educación para la juventud, no hay cultura edificante, historia, geografía, naturaleza, soluciones a problemas familiares o sociales. Imperan las truculentas novelas sobre mafias, drogas, sexo, etcétera. El pretexto es que “eso le gusta al público y en caso contrario que cambien de canal”; nada más falso y penoso.(O)

Fernando Coello Navarro,

abogado, docente; Guayaquil