La prestigiosa revista médica The Lancet, británica, publicó hace tres meses una investigación del preocupante panorama global del consumo de alcohol.

Cada año se producen en el mundo dos millones ochocientos mil fallecimientos por causas directamente atribuibles al alcohol. Su consumo ocupa el séptimo lugar en la lista de principales factores de riesgo de muerte prematura y enfermedad; el riesgo más importante si tenemos solo en cuenta a la población de entre los 15 y los 49 años de edad.

En España mueren 37.000 personas al año por culpa del alcohol.

Sabemos la incidencia del alcohol especialmente entre los jóvenes, que cada vez acceden antes al consumo, y el problema agravado que supone el hecho de que el alcohol forme parte habitual de “costumbres sociales” muy arraigadas. Pero, como se subraya en la investigación, lejos de ser una disculpa, esta circunstancia debe tenernos a los países aún más alerta para tomarnos muy en serio la educación en asuntos como el ocio sano y saludable, y no caer en la tentación de zanjar el tema con tópicos del tipo de que “consumir solo un poco no es malo”, o que “no hay que dramatizar porque es lo normal y lo que se espera, sobre todo, a ciertas edades”.(O)

Pedro García,

España