El Día de Reyes es fiesta donde se recuerda la Epifanía (manifestación) de Jesús ante los reyes magos (Mateo 2, 1-12) tiene origen en la iglesia de Oriente.

De acuerdo con la tradición en el siglo I se menciona a estos magos como hombres sabios, posiblemente reyes de naciones del oriente del Mediterráneo, por su cultura y espiritualidad cultivaban conocimiento del hombre y la naturaleza, esforzándose por mantener contacto con Dios, eran buscadores de Dios. Como regalo trajeron al Niño Jesús oro, incienso y mirra; sus nombres eran Melchor, Gaspar y Baltazar. Hasta el año de 474 d.C. sus restos estuvieron en Constantinopla, en la actualidad se encuentran en la ciudad de Colonia (Alemania). Siendo este episodio el cierre del periodo navideño, y siendo la Navidad la conmemoración del nacimiento de Jesús, queda apropiado hacer una reflexión de lo que ha significado la Navidad, cuanto cumplí lo prometido en el Adviento, si no prometí nada, cuánto aprendí del verdadero valor de la Navidad, cuánto expliqué a mis hijos lo que es la Navidad, cuál fue mi principal interés, en este maravilloso tiempo. Si partimos de este hecho histórico podremos decir que si Jesús no hubiera nacido, no habría Navidad, y el 25 de diciembre sería un día como otro cualquiera, el 6 de enero no habría fiesta de Reyes. Por tanto nos damos cuenta de que el centro de estas festividades es Jesús. Si queremos que este mundo cambie, terminar con la corrupción, los actos vandálicos, el mal, tenemos que recuperar aquello que nos hacía seres con trascendencia, principios; es decir, retornar al centro de nuestra vida, que solo se encuentra en Dios. A ejemplo de los reyes magos busquemos a Dios este 2019 y al encontrarlo nos daremos cuenta de que empieza a arreglarse el mundo.(O)

Eleana Endara Borja,

ingeniera comercial, avenida Samborondón