El agricultor arrocero de secano y de otros cultivos están a la expectativa de que las precipitaciones pluviales se hagan más presentes.

El 18 de diciembre encontré noticias en EL UNIVERSO que tienen que ver con el agro, que los pesticidas amenazan a los insectos benéficos; que en Ecuador habitan 300.000 especies de insectos y la desaparición de estos animales altera los cultivos; que la agricultura está sin apoyo político. Debe ocurrir lo mismo en otros países en las mismas condiciones agroecológicas, con la única diferencia de que hacen eco del problema y avanzan rápidamente; nosotros vamos demasiado lento. El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inhami) anunció que a partir de diciembre las lluvias en la Costa están presentes, es decir, buen trabajo habrá en este momento en el agro, y si los agricultores ya han sembrado sus cultivos, tendrán que empezar de nuevo en un futuro cercano suponiendo que la naturaleza entregará un buen panorama en todo el proceso vegetativo; en el caso del arroz, deben solucionar el asunto del grano bueno y malo de las bodegas o silos de la Unidad Nacional de Almacenamiento (UNA). En una cosecha, limitado por la naturaleza, las plagas y otros problemas, el agricultor produce –poco o bastante– para vender y recuperar lo invertido; pero ni los entes públicos ni los privados compran. La falla en cada cosecha del producto es la compra y venta, mejor dicho la comercialización; la UNA u otra empresa estatal, los comerciantes, acopiadores y empresas procesadoras deben cumplir con sus obligaciones y los permisos o patentes de trabajo. Surgen esperanzas de que las propuestas que haga el Ministerio de Agricultura tengan apoyo del presidente y la colaboración de los funcionarios que deben asistir a los agricultores.(O)

Jorge Vicente Gil Chang,

ingeniero agrónomo, Guayaquil