Ante los reiterados artículos de opinión publicados por el columnista de Diario EL UNIVERSO, Enrique Rosales Ortega, los días 13 de agosto, 10 de septiembre, 12 de noviembre y 10 de diciembre de 2018, en los que insiste en afirmar que durante mi desempeño como procurador de la Ep Petroecuador mantenía un conflicto de intereses por haber sido asesor de la empresa “Luckoil” (lo correcto es Lukoil Pan Americas LLC), no hace sino distorsionar la realidad de los hechos con el protervo interés de dañar una limpia trayectoria profesional de más de treinta años. Por esta razón me siento obligado a solicitar al Diario EL UNIVERSO se publique mi réplica, debidamente fundamentada con documentos que adjunto.

El columnista Rosales Ortega señala que he sorprendido a las autoridades de Ep Petroecuador con mi vinculación con la empresa Lukoil. Este aserto es totalmente falso, ya que cuando fui propuesto por el ingeniero Carlos Pérez, ministro de Hidrocarburos, para que colabore con él hace más de un año, me excusé porque tenía un contrato de servicios profesionales, no la representación legal, con la compañía Lukoil; de igual manera en septiembre de 2017, el ingeniero Carlos Tejada, exgerente de la Ep Petroecuador, me invitó a ser parte en su equipo, pero me excusé de aceptarle por cuanto todavía estaba vigente dicho contrato de servicios profesionales. Una vez que dimos por terminado el mismo, acepté colaborar con el ingeniero Tejada, particular que consta dentro de mi declaración patrimonial juramentada, ingresada a la Contraloría General del Estado y cuya copia reposa en los archivos de la Empresa Pública.

En lo que respecta al abogado Danny Villacís, como bien lo dice el señor Rosales, el mencionado profesional era abogado asociado al Estudio Jurídico Aselegner, que cobraba honorarios profesionales por trabajos realizados en el Estudio; de allí que si cobró algún honorario a la compañía Lukoil, lo hizo a título personal, particular que demuestro con la certificación del contador que señala “... en el presente año, no se ha realizado ninguna factura a la empresa Lukoil Pan Americas LLC ...”.

La aseveración del columnista Rosales de que en mi gestión he emitido dictámenes jurídicos que involucran a Lukoil es falsa, ya que en el lapso de 11 meses 10 días que ejercí de manera profesional, honesta y trasparente las funciones de procurador de la Ep Petroecuador, no he suscrito documento alguno que tenga relación con dicha compañía.

En cuanto a la afirmación de que por mi calidad de procurador de la Ep Petroecuador tenía acceso a información privilegiada, demuestra un total desconocimiento de la operatividad que tiene cada área de la Empresa Pública, es el caso, la única área que tiene información sobre la negociación de hidrocarburos es la Gerencia de Comercio Internacional, prueba de ello es que en mi período la empresa Lukoil solo ganó un concurso, cuyo proceso se inició antes de mi llegada a la Ep Petroecuador.

En relación con la situación del doctor Alejandro Mosquera, debo aclarar que el mencionado profesional es un funcionario con más de 15 años de experiencia en la empresa pública, estuvo en comisión de servicios en la Secretaría de Hidrocarburos hasta el mes de junio de 2018. Terminada su comisión y al haber renunciado el titular de la Subprocuraduría de Asesorías y Contratos, el gerente general le encargó dicho cargo; por tanto no existe el mentado nepotismo que Rosales señala, conforme a reiterados criterios de la Procuraduría General del Estado. En su artículo de opinión del 10 de diciembre de 2018, afirma que he sido separado de mis funciones. Otra mentira más ya que, a raíz de la renuncia del ingeniero Carlos Tejada, el 9 de julio, puse a disposición del gerente general, subrogante, mi cargo; el 30 de agosto presenté mi renuncia al ingeniero Pablo Flores, quien mediante sumilla dispuso: “Devuelto. No procede trámite, queda insubsistente”; y, el 12 de noviembre de 2018 volví a presentar mi renuncia, la cual ante mis reiteradas peticiones fue aceptada. Con los documentos que adjunto demuestro que en ningún momento fui separado de la empresa, como maliciosamente señala Rosales.

Cabe preguntarse entonces: ¿Cuál es el real interés para dedicarme cuatro artículos de opinión? ¿Acaso existe algún interés del señor Rosales para propiciar mi salida de la Ep Petroecuador? ¿No será que es defensor de la empresa que no obtuvo la renovación del contrato por cuatro años más para proveer del 60% de las importaciones de nafta y diésel; o es el alfil de la empresa que pretendía se le pague $10’000.000 por una supuesta indemnización; o defendía a los interesados en que no se contrate a un estudio jurídico en los Estados Unidos de América para recuperar los dineros de la corrupción. Sobre todo cuando ya se han declarado culpables en dicho país, exfuncionarios y contratistas de la Ep Petroecuador?; ¿o, tal vez le estorbaba que defendamos a la Empresa Estatal de la demanda en Panamá por $11.500’000.000, y que es conocida en la Presidencia de la República, Banco Central, Flopec y la PGE? Interesantes preguntas que debe responder el columnista Enrique Rosales. Para finalizar, es necesario recordar las publicaciones de Rosales en las que defendía a las autoridades del anterior gobierno, bajo el título “Refinería Estatal de Esmeraldas”, las cuales se encuentran publicadas en el Diario EL UNIVERSO los días 21 y 28 de abril de 2014, y 4 de enero de 2016, entre otras.(O)

Luis Alejandro Berrazueta Subía,

doctor, Quito