Hoy jueves 27 de diciembre es un día raro, no es feriado, pero muchos se lo tomaron. Pasamos las fiestas navideñas y vienen las de fin de año. Pero hoy no es nada.

Todavía no se publican los resúmenes del 2018 y aún circulan mensajitos navideños hinchados de likes, donde nos recuerdan que el mejor regalo son la paz y el amor.

Pero en este día de nada, en el limbo fiestero, estás leyendo este periódico, de manera digital o en papel, y quiero aprovechar la oportunidad para que hablemos de eso.

¿Qué te hace estar aquí?

¿Es la costumbre?, ¿tal vez la necesidad de sentirte informado de una fuente más creíble que otras?, ¿quizás caíste aquí por aburrimiento? Sea cual sea la razón, no me parece algo menor. En un mundo con una enorme oferta de contenidos, saturado de blogs y tuiteros, de líderes de opinión mediáticos, influencers, e incluso, ante la oferta de videos de gatitos, las repeticiones deportivas y del vouyerismo de Facebook e Instagram (el nuevo opio del pueblo…) tú estás por acá.

Frente a los discursos apocalípticos de la muerte del periódico, ante una prensa agredida y castigada por los políticos de turno, sumado a ese discurso de que hoy “todos pueden hacer periodismo”, quiero aprovechar este momento para rendir un tributo a los periodistas que van hasta las últimas consecuencias por su profesión. Los que logran y hacen que tenga sentido que tú estés leyendo este medio.

Hoy jueves, en este día ausente, quiero recordar a los periodistas que nos dejaron este año que termina.

Fueron cerca de 80 los que murieron asesinados el 2018 en el mundo, según el informe de Reporteros sin Fronteras. Quince más que el 2017, sumando 700 en la última década.

Entre ellos hay casos emblemáticos, como el de Jamal Khashoggi, crítico del régimen de Arabia Saudita, quien fue secuestrado, torturado y descuartizado dentro del Consulado saudí en Estambul.

Otro fue el del Capital Gazette de Maryland, donde un hombre armado entró a la sala de redacción del periódico y comenzó a disparar matando a cinco periodistas e hiriendo a otros tantos.

Tanto Khashoggi como ese medio y tres reporteros más fueron elegidos Persona del Año 2018 por la revista Times, reconociendo el precio que pagaron por encarar los desafíos de su profesión.

Y si bien hay más casos dramáticos, como el de Ángel Gahona, asesinado cuando cubría las protestas en Nicaragua, para nosotros este año dejará una cicatriz imborrable, con el secuestro y asesinato del equipo periodístico de diario El Comercio mientras realizaba su trabajo en la zona de frontera con Colombia.

Son pocas las profesiones que te llevan a este extremo, entonces, cuando decimos que cualquiera puede ser periodista, creo que hay que ser un poco más cuidadoso y respetuoso.

El recuerdo de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra nos habla del compromiso con el periodismo, con la noticia, con la verdad.

En un mundo lleno de opinólogos, fake news y desconfianza, creo que es el trabajo y ejemplo de profesionales como ellos el que hace que tú vuelvas a estas páginas. (O)