Con motivo de apoyar a un equipo de fútbol en una final de un torneo empresarial masculino, asistí el fin de semana pasado a un recinto deportivo en el norte de la ciudad.

Lo que pensamos sería una noche de viernes con fútbol, con camaradería, con emoción deportiva; se transformó en momentos de espanto y horror cuando al finalizar el partido (empate 1-1) empezó una gresca por reclamos y gritos entre algunos hinchas y jugadores.

En la historia del fútbol siempre hubo ciertas conductas acaloradas y movidas por la pasión futbolística, pero un evento deportivo entre empresas comerciales, que se vea empañado por una pelea cual pandillas, hasta llegar a escuchar una bala que hizo estruendo, provocando pánico entre los asistentes, es algo sumamente preocupante.

Vivimos en una sociedad que por cualquier motivo se torna violenta, perdiendo la coherencia y la tolerancia. Es muy necesario hacer hincapié que en todos los recintos deportivos donde se desarrollen este tipo de eventos, donde asisten personas de la tercera edad y niños, se pueda contar siempre con personal de auxilio inmediato, ambulancias y presencia policial o seguridad privada, porque dado los niveles de agresividad con que se vive actualmente, es imprescindible tener capacidad de respuesta inmediata para atender a heridos o afectados. Tenemos que meditar por qué nuestra sociedad se va quedando sin valores, eso es tarea de todos.(O)

Raquel Patiño Icaza,

Guayaquil