Nuestro invitado

José Luis Sampietro Saquicela *

A fines del siglo XVII, la puesta en marcha de la primera máquina de vapor materializa un proceso de evolución tecnológica que da inicio a la primera revolución industrial. En la era actual, los robots integrados en sistemas ciberfísicos protagonizarán una transformación radical en el escenario de la globalización a nivel mundial, dando paso a la cuarta revolución industrial, denominada también industria 4.0. La convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas genera una transformación en la concepción de la operación industrial conocida hasta ahora. Una muestra de este hecho radica en la sintetización de la experticia de los seres humanos en cantidades considerables de información que con el desarrollo informático pueden ser procesadas en una máquina, e incluso sugerir modos de comportamiento y dotarlas de cierta autonomía en tareas no tan específicas. A este espacio del conocimiento se lo denomina como “data science”.

La universidad de Virginia del Este proyecta estadísticamente que cerca del 45% de los empleos son reemplazables de forma transparente por la tecnología perteneciente a la cuarta revolución industrial. Este fenómeno se apreciará como desempleo progresivo en caso de no existir una correlación entre el avance industrial y la oferta académica de las universidades. Una aproximación más fiable sobre el futuro laboral de las personas se liga a un tridente entre la academia, la industria y las políticas público-privadas que asuman las naciones frente a esta problemática. Esto, debido a que el avance de la industria 4.0 se deslinda de condiciones humanas puras como la religión, el género, la edad, los grupos étnicos, y el lugar geográfico.

La reducción de ingresos a la clase laboral con un nivel académico menor, la desigualdad en el mercado, la variabilidad de la carga laboral serán consecuencias directas de esta transformación. Según el World Economic Forum, algunas profesiones como la administración de empresas, las tecnologías en producción y fabricación, las tecnologías en procesos de construcción y extracción, el arte, el diseño, el entretenimiento, las tecnologías en procesos de instalación y mantenimiento de equipos, la social media, la abogacía, los contadores, los operadores de bolsa, e inclusive los médicos y choferes, podrían perder estabilidad laboral, y podrían ser reemplazados por softwares especializados con interfaces de máquina.

Bajo este escenario, y como un país meramente exportador de materia prima, vemos la necesidad imperante de modificar la propuesta académica del futuro, de tal modo que permita integrarnos a los procesos de ingeniería de diseño, el desarrollo de patentes, y el aporte científico para el perfeccionamiento de nuevas técnicas de automatización. Relegados de las anteriores revoluciones, solo aquellos países del tercer mundo que sean capaces de innovar y adaptarse a las tendencias que marcan el futuro serán capaces de superar las crisis económicas que los afectan, mediante el proceso de industrialización.

Junto a este cambio en la matriz educativa, el sector de servicios debe jugar un papel fundamental en esta coyuntura, pues en este sector radica el crecimiento del PIB de las grandes naciones en la última década. El manejo de la información de los clientes por software permite el incremento de ventas y la reducción de gastos, apuntalando el desarrollo tecnológico de la nación. Amazon, Facebook, entre otras, pueden ser tomadas como ejemplos de startups en el Ecuador. (O)

*Máster en Automática y Robótica.