Me pareció acertado, primero, que el lunes 3 de diciembre el presidente del Ecuador Moreno, haya relevado de sus funciones a la vicepresidenta Vicuña quien luego el martes 4 renunció a la Vicepresidencia; sus días estaban contados dadas las contundentes pruebas que se han presentado en su contra. Y también fue acertado que el mandatario haya designado a José Augusto Briones como nuevo secretario general de la Presidencia, a quien le encargó las funciones que correspondían a la hasta entonces vicepresidenta.

El país no puede seguir de tumbo en tumbo en materia de corrupción, pues tenemos a un expresidente con orden de prisión, refugiado en Bélgica; a un exvicepresidente de la República preso; a un expresidente de la Asamblea Nacional destituido, al igual que al excontralor general del Estado y al exfiscal general del Estado; a gerentes de Petroecuador y a otros altos funcionarios públicos presos o con órdenes de prisión; todo lo cual causa una pésima imagen del país a nivel internacional, que dificulta atraer la inversión extranjera que el país requiere para salir de la crisis en la que nos encontramos.

Ojalá que el Gobierno, que en parte ha entregado el manejo de la economía al sector privado, tome en el transcurso de los próximos días las medidas necesarias para reducir el tamaño del Estado, reactivar la economía y generar más empleo, cual es en mi opinión el tema que más preocupación causa a los ecuatorianos, seguido del lamentable grado de corrupción en que todavía se encuentra el país; para cuyo objeto es imprescindible que una comisión internacional compuesta por fiscales independientes y bajo el amparo de las Naciones Unidas (ONU) investigue y sancione a los culpables de tanta deshonestidad.

Hay que fortalecer la anunciada lucha contra la corrupción y la impunidad.

Pese a las actuales circunstancias, por otra parte, el ministro de Comercio Exterior, Pablo Campana, está haciendo una excelente labor para atraer la inversión al Ecuador.(O)

Miguel Macías Carmigniani, abogado, Guayaquil