Ahora un país chiro y desfalcado empieza a recortar, como siempre, el presupuesto para los más pobres, para el pueblo, todos esos años del auge petrolero ya no están y la plata tampoco; al mismo tiempo no hay dinero para la educación, para la salud, etcétera. ¡Qué ironía!..., ¡qué tragedia!.. Los actuales gobiernistas perdonan a los ricos, los impuestos. Otra ironía de nuestro destino. Al mismo tiempo en el bando de nosotros los vencidos, unos infiltrados apoyan los diez años de sus puestitos gracias a la administración anterior, se rasgan las vestiduras y hablan de “represión” y “dictadura”.

Chuta, otra ironía más en nuestro cruel destino. Tan irónica es la vida que los encarcelados, golpeados, reprimidos, desaparecidos, en los diez años, no importan. Los represores se dicen reprimidos y pregonan el fin del imperio. Bien dice el dicho, a rey muerto rey puesto. Esos ricos “desplazados” manejaban como patriarcas sus empresas. ¡Qué pena!, ¡pobrecitos, solo quintuplicaron sus riquezas! En cambio nosotros, paulatinamente tenemos smartphone, smart TV y otros artículos, a pagos de 36 meses de plazo dejando nuestra casa de “enganche”. No hay nada de malo en subsistir a través del trabajo, siempre y cuando vaya acorde con nuestros principios. El hambre llama, de algo hay que vivir. Opino que la crisis recién comienza.(O)

Juan Andrango, Quito