“No tengo trabajo. Tengo obligaciones que cumplir, deudas que pagar o una familia que mantener. Solicito su colaboración. Gracias por su ayuda”. (Cartel por exhibirse en nuestras calles, próximamente).

“Vengo haciendo una maestría en Literatura desde España con un crédito educativo, pero no hay trabajo en las universidades de aquí. Un profesor me propuso un buen puesto allá, pero debía regresar por mi deuda. Mi primo me dijo que quizás podía conseguirme un trabajo en un colegio secundario en Manta, porque el ciclo de la Costa está por terminar. Pero tendría que ir a vivir allá y no sé si el sueldo me alcance”.

“Yo sé hacer unos ricos muchines. Quiero ponerme un quiosquito, pero se necesita plata. Hay una señora que presta plata en mi barrio. Pero parece que se necesitan muchos permisos del Municipio y de no sé cuál ministerio, y que es muy jodido conseguir esos permisos porque después vienen los municipales y te llevan presa. Pero dicen que pasando plata te dan los permisos. Todo es plata”.

“Soy un médico desempleado recién vuelto de la rural. Quiero hacer un posgrado pero es difícil entrar. Mis papás no tienen plata para mandarme un año a España y estudiar para dar el MIR, porque si pasas el MIR estás hecho. ¿Por qué no abren suficientes posgrados en todas las especialidades si en nuestros hospitales faltan especialistas? Dicen que muchas plazas están ocupadas por los cubanos que trajo el Correa y que pasan por especialistas. Mientras tanto, voy a hacer reemplazos en la clínica del barrio”.

“Soy egresada de Sociología y estoy haciendo la tesis pero necesito trabajar porque tengo una hija y el papá es un vago drogadicto. Una amiga me dijo que con mi pinta quizás pueda conseguir trabajo temporal como acompañante o “escort”, como dicen. O sea, acompañas a unos señores mayores a cocteles y esas cosas, pero no te acuestas si no quieres. Dicen que se gana plata. Sería solo una cosa temporal hasta graduarme y conseguir trabajo en mi profesión. No sé qué hacer”.

“Soy soldador especializado, mi empresa quebró y como los jefes debían un año al IESS no nos pagaron nada. Pensé ponerme un negocio de ropa para bebé con mi mujer porque ella hace esas cosas. Pero me dijeron que ya no es negocio porque ahora todo viene de la China a precio de huevo, y los chinos mismos distribuyen en esos almacenes que tienen por todo lado. Dicen que ahora el negocio es trabajar para los chinos, que son tacaños y groseros, pero trabajo es trabajo”.

“Soy un comunicador con maestría que trabajó en una entidad pública en el gobierno anterior, no por el sueldo sino por mi convicción en los valores de la Revolución Ciudadana. Moreno la suprimió para dizque aliviar el presupuesto del Estado, pero me parece que el gasto oficial no ha bajado. No puedo conseguir trabajo porque parece que estoy en una “lista negra” redactada por los que hasta ayer eran mis colaboradores y ahora están con Moreno. Las personas que podrían ayudarme se fueron del país. Quizás deba trabajar en otra cosa”.

(Pequeña selección de historias personales escuchadas en diferentes lugares). (O)