En Olón, Santa Elena, un grupo de vendedores ambulantes, comerciantes, desde hace algunos años se han tomado la playa para ofrecer servicios; han cavado pozos sépticos en la arena, se han apropiado con edificaciones de caña y cemento, del espacio público, y la Alcaldía de Santa Elena los ha premiado con un edificio, con dinero nuestro, para que tengan una sede donde sesionar. ¿Qué los ha hecho merecedores?

La Alcaldía alega que son obras que le piden, lo cual es una respuesta absurda. Un alcalde está para dirigir un cantón, población, dotarlo de vida más digna, mejorar la salud pública, educación; pero el nuestro permite que un sector del pueblo le dictamine qué obras hacer. ¿Por qué no escucha la voz de todos? ¿Por qué los que verdaderamente pagamos impuestos no somos parte en la toma de decisiones? No es coincidencia que estemos en época de elecciones y de conseguir votos. Editoriales y noticias de medios nacionales opinan del gasto superfluo que hacen ciertas autoridades cantonales, algunas han llegado a gastar muchos miles de dólares para traer cantantes pasados de moda. ¿No existe una contraloría, veeduría, que controle en qué obras se destina el presupuesto que debe ir acorde al plan del buen vivir y a la Senplades o Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo?

En Santa Elena nos llenaron de canchas de fútbol, de asientos en parques y de iglesias. Orgullosos publican el monto de las obras para solo un sector: los peloteros o los fieles. ¿Por qué no destinan esas partidas para servicios básicos como alcantarillado, agua, educación? ¿Cuántas bibliotecas han creado en pueblos en 8 años de labores? ¿Con cuántos centros culturales contamos en los cantones? Ese “premio “inmerecido con dinero público para fines privados debe reconsiderar. Urge que se actúe de acuerdo a las prioridades de todo un sector: sus habitantes nacionales como extranjeros y turistas. Para eso está un líder, ¡para oír, para actuar con sentido común y de acuerdo a prioridades! Ya hemos pedido un salón de eventos con aislamiento acústico alejado del pueblo, para que las fiestas privadas se hagan en estos; un mercado para que regularice la informalidad en la carretera; regulaciones y ordenanzas en nuestras playas y pueblo; obras necesarias.(O)

María del Carmen Montesdeoca L., Olón, Santa Elena