Las presentaciones realizadas por el embajador de la República Popular China y el presidente de la Cámara de Comercio Ecuatoriano China, en una reciente reunión con editores de diferentes medios de comunicación y dirigentes de instituciones universitarias, ratificaron el crecimiento sostenido (15% promedio de los cinco últimos años) de las importaciones de alimentos hacia esa nación, que la convertirán al término del 2018 como el mayor comprador mundial, con cifras que bordearían los 79.000 millones de dólares y todo hace presumir que ese comportamiento se mantendrá por largo tiempo.

Las razones que explican estos extraordinarios resultados radican en el auge que viene alcanzando una clase media cada vez más numerosa, con alto poder adquisitivo, abierta a la seducción por alimentos importados de calidad, facilitada por el rápido avance del mercadeo alimenticio por internet (E-commerce), a lo cual se suma el apreciable mejoramiento de las cadenas de distribución y almacenamiento observado en ciudades más pequeñas o de segundo o tercer estrato que configuran una nueva demanda ávida de atención, como las que caracteriza a las grandes ciudades en que se destacan Shanghái, Beijing y Guangzho, a tal punto que el 68% de los habitantes de Chengdu (14 millones de pobladores), de la provincia sur occidental de Sichuan, adquirió alimentos extranjeros.

La voluntad importadora china se demuestra en la reducción arancelaria, acompañada de iniciativas políticas tributarias, fiscales, financieras y de facilitación comercial en el área de alimentos, permitiendo el ingreso de productos de 180 países que han aportado bienes lácteos, acuáticos, cárnicos, frutales y hortalizas, a plena satisfacción del pueblo chino, en beneficio de agroexportadores de todas las latitudes, algunos acogidos a la nómina de productos libres de impuestos, constantes en acuerdos comerciales de mutua conveniencia. Una demostración de aperturismo se dio en el denominado día del soltero chino que batió su propio récord al vender 27 mil millones de euros el 11 de noviembre pasado, con participación de las grandes plataformas comerciales occidentales.

Ecuador debe captar una porción de las 200 millones de toneladas de fruta que China importará, entre las que se encuentra una amplia gama de productos tropicales con grandes perspectivas de desarrollo nacional, basadas en extensiones de tierra fértil no aprovechadas por la inexistencia de obras de riego complementarias en los costosos proyectos emblemáticos de contención y conducción de agua, hasta ahora sin adecuada utilización. Bien podrían empresas comercializadoras chinas constituir alianzas público privadas para emprender en planes de desarrollo locales competitivos, que incluyan el compromiso firme de compra de lo producido, en fresco o procesado, en territorio ecuatoriano.

Previamente el país deberá negociar protocolos fitosanitarios para cada uno de los productos involucrados y sus respectivos análisis de riesgo de plagas, así como tiene que incursionar en la aplicación de plataformas digitales y herramientas tecnológicas, que se emplean en el comercio chino. Para estos efectos, la Cámara de Comercio Ecuatoriano-China efectuará, el próximo 5 de diciembre, un foro internacional de E-commerce con China (E-China Day) a cargo de especialistas de reconocida valía, peritos en mecanismos de introducción de productos y servicios al mercado asiático utilizando herramientas tecnológicas innovadoras, que el empresario nacional debe adoptar. (O)