Las señales del Gobierno constatarían que estaríamos de regreso a la época neoliberal, a la aplicación de medidas de ajustes y paquetazos sorpresivos. Un golpe de puerta al FMI desesperado para acceder a préstamos con la supervisión de indicadores, un grito agobiado del poder político para anunciar la privatización de empresas públicas y un cambio latente del modelo económico, son pruebas del cierre de la época de bonanza, de que las deudas están consumiendo al Estado; y se ve reflejado en la partida presupuestaria 2019.

La recesión y desconfianza en el desempeño económico estarían en vitrina: desempleo, caída de ventas, inflación en aumento, consumo a la baja, nuevos impuestos asfixiantes. Es decir, sería también retorno de la crisis política e institucional, pues el andamiaje del poder actual se construyó en un solo partido político y se centralizó en totalitarismo. El punto crítico será visible después del despido de trabajadores y la reformulación de la burocracia correísta. El salario básico unificado que aún no cubre la canasta familiar ni ese pretendido “buen vivir” ahondaría los problemas sociales. El Gobierno tendrá que lidiar por la falta de organización sindical y su negativa de pagar toda la deuda estatal con el IESS. Nos preocupa que muchos logros importantes en reducción de la pobreza, crecimiento de salarios, reducción de la desigualdad, inclusión social, podrían ser erosionados por el retorno a las políticas de austeridad.

La educación inicial es vital en las potencias del primer mundo, pero en un comunicado del programa Misión Ternura –del Ministerio de Inclusión Social (MIES) para trabajar por la niñez del Ecuador–, se adjunta un informe para los docentes del servicio CNH (Creciendo con Nuestros Hijos), de que este beneficio de la educación inicial solo es encaminado a determinado grupo vulnerable. Esto preocupa, el desfinanciamiento afectará a grandes programas sociales. En cada informe que emite el presidente Moreno se habla del recorte del sector público, pero existe contradicción: señalo solo un ejemplo, en el Estado existen 160.000 funcionarios con contratación irregular (ocasional, provisional y por servicios), de estos dependen 640.000 familiares. El Gobierno tiene una lógica incoherente para la población, pero coherente con el neoliberalismo, perdona millones de dólares en impuestos a empresarios, y amplía el margen de la deuda externa. La única posibilidad que tiene Ecuador para salir de su crisis es desmontar el neoliberalismo de Estado, el cual pretende ahorrar $ 150 millones. Reducir el gasto corriente no es solución a corto plazo. Implementar políticas para el financiamiento agrícola es vital, la reforma agraria jamás ha sido ejecutada, se debe encaminar a los sectores agropecuario, acuífero, bananero y camaronero para lograr equilibrio fiscal y sus ingresos puedan contribuir a mejorar la balanza comercial y exportar materias primas con valor agregado.(O)

Jimmy J. Montaguano Jiménez, sociólogo; Santa Rosa, El Oro