Para los parsis, el cadáver humano es un elemento impuro y en su rito fúnebre jamás lo mezclan con los cuatro elementos (agua, tierra, aire o fuego), para no contaminarlos. Llevan a sus muertos a lo alto de las Torres del Silencio, para que sean devorados por los buitres. Su religión es el Zoroastrismo, constituida sobre las enseñanzas de Zoroastro o Zarathustra. Llegaron a la India a mediados del siglo VII, huyendo de la persecución musulmana. Alrededor de tres milenios antes, los sumerios realizan las primeras menciones al planeta Mercurio.

No hay certeza del tiempo en que vivió Zoroastro. Se cree que fue entre el 1300 al 1200 a.C., pero también pudo ser alrededor de 6300 a.C. Nietzsche creía que se trataba del primer profeta monoteísta, por cuanto usó su nombre para el personaje de su obra maestra filosófica. Le era lógico que el padre del monoteísmo también sea su sepulturero, al plantear la muerte de Dios y la llegada del Superhombre. Osiris, el Dios que dicta que el humano tenía alma, fue asesinado por su hermano Seth. En el Antiguo Egipto los Dioses morían. Los primeros datos sobre el elemento mercurio son de tumbas egipcias que datan del 1500 a.C. Es el único elemento metálico de la tabla periódica que puede ser líquido.

En el primer milenio antes de Cristo, surgieron los rapsodas en la Antigua Grecia. Eran los primeros declamadores, famosos luego por recitar los poemas homéricos. Llevaban la poesía de pueblo en pueblo, en tiempos en que no existía la palabra escrita. El 24 de noviembre de 1991, un rapsoda con el nombre de Farrokh Bulsara, moría de neumonía en su casa de Londres. Menos de 24 horas antes, firmó un comunicado en el que aceptada que tenía SIDA y pedía a sus amigos y seguidores que se sumen a la lucha global contra esa terrible enfermedad. Su funeral fue dirigido por un sacerdote zoroástico. Los parsis empezaron a abandonar la tradición de las Torres del Silencio a principios del siglo XX. Mary Austin, su heredera, mejor amiga y expareja, se hizo cargo de sus cenizas. Aún es un misterio dónde las puso, se rumorea que pudo haber sido el jardín de su casa, el lago Leman de Suiza o en su natal Zanzíbar.

La rapsodia es una pieza musical que se compone de partes temáticas distintas, por lo general secciones dramáticas y lentas, como otras rápidas y dinámicas. Las Rapsodias húngaras, por ejemplo, son 19 obras para piano con las que Franz Liszt reconstruyó su memoria del folclor de su Hungría natal. Bulsara, que además de rapsoda era parsi, compuso y grabó su obra maestra en 1975. Su primer estreno fue ese año, el segundo 16 años después, cuando Bulsara murió. En ambos casos encabezó las listas británicas. La pieza demuestra la obsesión lúcida de su creador por lograr reconocer en los cimientos del Rock la resonancia vibrante de la Ópera. La letra de la canción es fatalista, trágica, desoladora, pero la composición es una fiesta.

A la fecha, el SIDA ha sido controlado, el uso de retrovirales prolonga la vida por décadas y estudios han reducido considerablemente el virus con trasplante de células madre. Una de las palabras que contiene la obra maestra de Bulsara es Bismillah, que es la primera palabra del Corán y significa: “En el nombre de Dios”. A principios de los 90, cuando muere Bulsara, el SIDA se vaticinaba como un castigo divino contra homosexuales. Él, que fue una leyenda del Rock, fue una de sus primeras víctimas mortales célebres. Otros fueron el actor Anthony Perkins, el filósofo Michael Foucault, el tenista Arthur Ashe, el escritor Isaac Asimov, el poeta Jaime Gil de Biedma, y probablemente Julio Cortázar.

El 6 de octubre de 2018, muere la rapsoda y cantante lírica Montserrat Caballé. Bulsara la había descubierto a mediados de los 80 en la Ópera de Nueva York. Se conocieron en el Hotel Ritz de Barcelona y la química fue tal que acordaron grabar juntos una pieza. Terminaron grabando un disco. Barcelona, la canción que compusieron, fue escogida como himno oficial de los Juegos Olímpicos de 1992. Bulsara había muerto un año antes. Alcanzó a cantarla junto a Caballé en Ibiza y en el festival La Nit, de la ciudad condal.

Bohemia es una de las tres regiones históricas que integran la República Checa. En el siglo XIX aparece como definición de ciertos intelectuales y artistas, en la obra del romántico Henri Murger, caracterizada por transgredir la escala de valores de la sociedad patriarcal y burguesa. El término hacía primero alusión a los gitanos de Murcia, posiblemente provenientes de la región Checa. Occidente asocia a los poetas y músicos (los rapsodas de nuestros días) como representantes de la vida bohemia.

Osiris era el Dios de la Resurrección y el de los Muertos. También se cree que fue el primer faraón de Egipto y su figura es la piedra angular del mito de la inmortalidad. Los faraones y los sacerdotes al morir se convertían en Dioses. Para los helenos y los latinos, ese proceso se llama Apoteosis. Octavio, el primer emperador de Roma, se renombró Augusto. Sus restos fueron quemados en una pira y se construyó en Barcelona un templo para rendirle culto. El rapsoda Farrokh Bolsara nació el 5 de septiembre de 1946 en la actual Tanzania. En febrero de 1954, fue enviado a Bombay a estudiar en un internado británico donde conoció un piano y comenzó el desarrollo de su habilidad en las teclas. En 1974 Bolsara escribió My Fairy King, canción donde consta el verso “Mother Mercury, look what they’ve done to me”, inspirado en su madre. Desde entonces, decidió renombrarse. En la Historia del Rock su nombre es Freddie Mercury.