Luego del anuncio del presidente de que regalaría al país, por el aniversario de la gesta independentista de octubre, un tren playero, su asesor Santiago Cuesta, en radio Sonorama hacía conocer que esa idea surgió del grupo de asesores frente a la presión del presidente de que sugirieran una obra para ofrecer a Guayaquil en su fiesta. Con razón es que la idea la entrega el presidente muy alegremente sin datos ni estudios ni justificación técnica, como debe ser una obra que se ofrece por un jefe de Estado.

El tren playero concebido como regalo para Guayaquil deja a un lado al Puerto Marítimo y pone en riesgo la ejecución del quinto puente para la ciudad. El señor Cuesta dice que la ruta del tren será Daule-Posorja-Playas y todos los pueblos de la provincia de Santa Elena y el sur de Manabí hasta llegar a Manta, y servirá para promover el turismo; no pudo explicar por qué habían escogido el inicio del tren en Daule, lo que me hace pensar mal y creer que en Quito confundieron Daule con Daular. También dijo que el tren se movería a diésel y los pasajes serían subsidiados. El desarrollo del país, la provincia del Guayas y Guayaquil, sí necesitan una vía férrea que una el puerto de aguas profundas de Posorja con el Puerto Marítimo de Guayaquil, pasando por Daular (donde estaría el aeropuerto nuevo), cruce el río Guayas en uno de los carriles del nuevo quinto puente y se conecte con las redes intermodales de movilidad existentes. Basamos esta afirmación porque: Guayaquil está construyendo un puerto de aguas profundas en Posorja para incrementar el comercio internacional y facilitar la transferencia de carga para América Latina; se espera aumento de tráfico de contenedores que vendrían en buques, incluyendo los post-Panamá. Guayaquil tiene un Puerto Marítimo que da servicios de calidad. Guayaquil programa un nuevo aeropuerto internacional en Daular, y la construcción de un nuevo puente sobre el Guayas en el sur de la ciudad. El puerto de Puerto Bolívar servirá para la movilización de cobre que ya se está explotando y reducirá la capacidad para exportación de banano. Nuestra red de carreteras no abastecería la movilización del incremento de carga, quedaría para la movilización de personas, promoción del turismo y la agricultura. Una nueva carretera tendría alto costo y mayor impacto ecológico. Nuestra propuesta implica usar máquinas impulsadas por electricidad generada por sistemas de captación de energía renovable y limpia. Sería un contrasentido en un país que está buscando eliminar los subsidios y tiene 8 centrales hidroeléctricas y constitucionalmente proclama los derechos de la naturaleza, que se proponga un tren impulsado con energía fósil. Nuestra propuesta tiene las siguientes ventajas sobre la propuesta presidencial: rapidez, seguridad y eficiencia en transportación de carga que generará nuevos puestos de empleo, dinamizará el comercio y la economía del país. Ecuador será crucial en la movilización de carga pesada en América Latina. Menor impacto ambiental: menos superficie talada, energía no contaminante, menor ruido, menor perturbación de la naturaleza. La vía férrea no sería factor urbanizador porque estaría diseñada sin paradas. Permitirá un sistema multimodal de movilidad de carga que podrá ser completado a futuro, lo que permitirá mejorar competitividad y dinamizar la economía del país. Nuestra propuesta la hemos llamado tren playero, inspirados en la idea del Viejo Luchador, de que los ferrocarriles sirvan para la integración nacional, el desarrollo social y económico, la defensa de la soberanía. La obra debe ser alfarista, incluso en la forma de financiación y administración. Defenderemos el tren de Alfaro, nuestra propuesta, a pesar de la demagógica propuesta que desvirtúa lo que Guayas necesita.(O)

Cecilia Calderón de Castro, Guayaquil