Existen muchos jóvenes inmiscuidos en casos relacionados en contra de la vida, sea esta de sus padres, amigos, compañeros de estudios, entre otros.

Esto preocupa a la sociedad, algunos afirmamos que podría ser un problema neuropsicológico, por ejemplo, si un individuo tiene lesionado el lóbulo frontal, no aprende de sus experiencias negativas y las continúa repitiendo.

Pero más allá de una cuestión psicológica, influye un factor importante que es la educación impartida dentro del hogar, si este no proporciona los medios necesarios, se tiene un contexto perdido.

Los padres deberían formar a sus hijos a través de las virtudes humanas que no es algo de otro mundo, solo prudencia al actuar y que piensen en las consecuencias que puede traer. Justicia con todas las personas así no nos caigan bien. Fortaleza, cuando existan situaciones que nos produzcan un desequilibrio en la parte emocional en este caso puede ser una ruptura amorosa tomarla con madurez y tener resiliencia. Por último, la templanza, tener dominio de sí, de forma especial en los temas relacionados con la sexualidad, se evitarían muchas agresiones de dicha índole e incluso feminicidios.

Si los jóvenes, y todos los seres humanos practicaran a menudo las virtudes, no existirían tantos códigos legales para enseñarnos a vivir.(O)

Vanessa Triviño Burbano,
estudiante, Guayaquil