El precio del petróleo se eleva más de lo previsto porque cae la producción de la OPEP por motivos políticos. Colapsa la producción de Venezuela por el desgobierno, y la de Irán por la campaña del presidente Trump contra quienes le compren crudo.

Debemos estar vendiendo a USD69-70 el barril, muy por encima de lo presupuestado. Se beneficia el fisco, aunque no se refleja en las cuentas del presupuesto, porque el Gobierno anterior, además de la enorme deuda externa, dejó cuentas impagas con las contratistas petroleras, y hay que pagarles para que reanuden la inversión. Si no se estuviese desarrollando el ITT, la situación sería mucho más grave de los que es.

A pesar del ITT, la producción nacional de crudo está cayendo. En octubre 10 fue de 514 mil barriles diarios, cuando hace dos años producíamos 560 mil. Esos 46 mil barriles que dejamos de producir hubieran generado exportaciones adicionales de más de USD1 mil millones anuales.

Buena falta nos hacen. Pasamos por un difícil momento económico. Las autoridades intentan cerrar la enorme brecha fiscal, fortalecer las reservas internacionales, devolverles a los depositantes de la banca el dinero que el gobierno anterior sustrajo de las cuentas en el Banco Central, todo sin ocasionar impacto social.

No se pudo mantener la producción porque no hay más petróleo, dirán algunos. Falso. Excluyendo a Venezuela y Brasil, Ecuador tiene más reservas petroleras que los otros siete países sudamericanos sumados. Sí: más que Argentina + Colombia + Perú + Chile + otros tres.

Según British Petroleum, Ecuador tiene 8,3 mil millones de barriles de reservas, más que México (7,2) y Noruega (7,9). México produce 1,9 millones de barriles diarios y Noruega 1,5 millones. De haber mantenido una política favorable a la exploración petrolera, el país estaría produciendo 1,5 millones diarios. A los precios de hoy, serían USD25 mil millones anuales de exportaciones adicionales, y renta petrolera de unos USD15 mil millones. Podríamos prepagar la deuda externa, fondear al IESS, y crear un fondo de jubilación para pagar una pensión a todo ecuatoriano de 65 años o más.

El peligro: se vislumbra el fin de la era petrolera. Dejará de crecer la demanda de combustibles, los precios del petróleo tenderán a bajar y las petroleras perderán el apetito para invertir en exploraciones riesgosas. El valor de ese petróleo bajo tierra está por pulverizarse.

La declinación del petróleo tomaría fuerza en una década. Esta semana la Unión Europea aprobó que para 2030 la emisión de CO2 por vehículos caiga 35%, lo que obligará a que se utilicen más vehículos eléctricos e híbridos y menos de los que requieren combustible. California subsidia los vehículos eléctricos, hoy tiene 400 mil y la meta es 5 millones en 2030.

Hay que sacar el petróleo ahora.

El ministro Pérez tiene la meta de subir la producción a 700 mil barriles para fines del gobierno actual. Debe además abrir a la exploración, para que en el próximo gobierno subamos al menos al millón, y en el siguiente al millón y medio.

Nuestros gobernantes, y los aspirantes a serlo, deben tener plena conciencia de lo trascendental de no desperdiciar nuestro potencial petrolero.

(O)