Nueva York, 4 de octubre del 2018. Al sótano y lugar de eventos de la librería McNally Jasckson –la principal de castellano en la gran manzana–, deciende por las gradas Gabriela Alemán, junto al traductor Dick Cluster y el escritor mexicano Álvaro Enrigue. Es la penúltima parada de una gira que comenzó en la icónica librería City Lights, en San Francisco –Frisco, diría Dean Moriarty– y que terminaría en Boston. Es la presentación de la traducción al inglés de Poso Wells.

Poso Wells aparece por primera vez en el 2007. Sus primeras páginas relatan una obscena y ecuatorianísima campaña electoral por la presidencia de la República. Nuestra caricaturesca política nacional ha parido una novela. Y la literatura es una suma de guiños. En 1904 H. G. Wells escribe uno de sus más celebres cuentos El país de los ciegos, cuyo escenario es ese mismo Ecuador donde Gabriela Alemán décadas después escribe, en castellano, este libro. La escritora ecuatoriana. Una mujer que escribe, pese a que las mujeres ni siquiera existen en la visión petrificada del ministro de Cultura.

De hecho, Poso Wells es un obvio homenaje a H. G Wells. Novela ardiente, llena de tanta tradición como de cadencia humorística, riesgos estéticos y reflexión madura sobre el cuerpo femenino. El inicio de esta historia, la de Gabriela y la de Poso Wells, se mezcla con otros comienzos y otros nombres. Luego de una década desde su nacimiento, la novela viaja a la lengua inglesa de la mano de City Lights, la editorial de Lawrence Ferlinghetti, el poeta beat, que en 1953 funda una librería del mismo nombre y en 1955 empieza a editar libros.

La editorial es célebre, quizá una de las más legendarias del mundo de libros independientes. Es la que en 1956 protagoniza uno de los momentos más irreverentes de la literatura occidental, con la publicación del poema Howl (Aullido, en español) de Allen Ginsberg, el tótem de la literatura beat y la contracultura, Woodstock, el amor y no la guerra, el jazz. De hecho, Ferlinghetti como editor fue arrestado y llevado a los tribunales en un proceso de obscenidad contra el poema.

Desde sus inicios, Ferlinghetti creyó en la literatura escrita en otras lenguas como apuesta política. En 1958 publicó su propia traducción de Paroles, del poeta francés Jacques Prévert, testigo de los grandes movimientos estético del siglo XX. La editorial, desde entonces, ha publicado traducciones que han incorporado grandes nombres al entorno cultural estadounidense: Julio Cortázar, Juan Goytisolo, Henri Michaux, el subcomandante insurgente Marcos, Neruda, Cristina Peri Rossi, Pessoa, y otros. Gabriela Alemán se suma a esa lista.

Siguiendo la tradición de irreverencia y resistencia de City Lights, Poso Wells se publica en la Era de Trump, para reivindicar al castellano de la sospecha, el intento de marginación y criminalización. Las críticas elogiosas en la más selecta prensa estadounidense, las presentaciones desde Oklahoma hasta Nueva Orleans, la ovación del público que ocupó la totalidad de las salas, dan cuenta del valor de la novela. Y de Gabriela como narradora de la lengua española, del español ecuatoriano, de la novela latinoamericana, de la ciencia ficción que escriben las mujeres, y de tantos otros aullidos que componen la gran literatura. (O)