No son errores ni equivocaciones, estoy totalmente de acuerdo con la opinión de Irene Torres en su columna de Diario EL UNIVERSO, con el título “Entender nuestra educación”.
Los errores y equivocaciones de la administración educativa siguen, son frecuentes y persistentes...
Los llamados insistentes del presidente y del ministro de Educación sobre la obligación ciudadana de denunciar, se quedan en el discurso; los jerárquicos superiores ignoran porque delegan, y los mandos medios no dan respuesta, demoran o archivan.
En ciertas instituciones educativas de Quito se incumplen aspectos que van en contra de la Constitución, leyes, reglamentos, que inciden en la educación y en su calidad.
Todos supuestamente conocen el detalle de los incumplimientos, comienzan con la negativa de no permitir la participación de padres de familia a través de los gobiernos escolares, no elaborar reglamentos de la “silla vacía, no difundir la evaluación realizada por auditores del Ministerio a la gestión administrativa y pedagógica de la institución, retardo en entrega de informes académicos de los estudiantes, ocultamiento de informes económicos del comités de padres de familia, aunque los dineros pedidos ilegalmente se emplearon para cubrir supuestamente necesidades de colegios, desacatos permanentes a disposiciones de autoridades, etcétera.
Por lo visto la probidad y la transparencia de ciertos servidores, parte consustancial e importante de la Ley Orgánica del Servicio Público, en varios artículos, literales y numerales habría sido vulnerada. (O)
Édgar Cueva Jiménez,
Quito