La dulce rebeldía de Guayaquil está en mi identidad, quien me dio la impronta es mi amada tierra, por designio divino nací de ella.

Tal es mi amor que cualquier deseo se desmonta cuando menciono a mi dulce Guayaquil.

He aprendido que de toda (ciudad) tú eres la cumbre, eres rebelde, imponente y de tierno amar.

Y el río Guayas en aparente mansedumbre me invita a proteger y la vida dar por Guayaquil. (O)

Eddy Siegber Astudillo,
Guayaquil