Los más vulnerables de una sociedad son nuestros niños, personas con discapacidad y ancianos que deben ser protegidos para que la sociedad se perpetúe de forma digna.

¿Pero qué está sucediendo con nuestros jóvenes consumidores de drogas, ejemplo, la “H” que es altamente adictiva y destructiva?

Se están formando nuevos “fantasmas” de la sociedad, menores de edad y jóvenes ya que están ahí, pero da la impresión de que no existen presupuestariamente para el Estado ni los Gobiernos Autónomos.

Es imperativo estructurar un salvataje humanitario, para esto es importante destinar recursos que pueden salir de las mismas incautaciones de los activos líquidos del narcotráfico o incluso de las propiedades de narcotraficantes, de personas que han robado al Estado, etcétera, para iniciar un proceso de rehabilitación mínima de un año y de un estudio de reinserción social tipo granjas agrícolas para producir alimentos y otras cosechas.

Si comparamos Dubái, con Venezuela y Ecuador, países petroleros, el uno invierte en producción, desarrollo, salud, educación; y los otros en cambio lo direccionan al gasto corriente y a la poca inversión.

Las reservas petroleras se agotan y, concretamente Ecuador, debe estar preparado con tiempo para convertirse en un destino turístico magnetizando la inversión extranjera, dando un marco claro de reglas de negocios, tributación, fomento de la producción, seguridad jurídica, control del narcotráfico, saliendo del triángulo vicioso de atraco-captura-libertad.

Hasta entonces, seguiremos dejando en “stand by”, en espera de aspectos fundamentales para ver un mejor vivir ciudadano.(O)

Gunnar Lundh Iturralde,
licenciado en Periodismo, Guayaquil