Bienvenido sea el ministro. Espero que la sangre joven y emprendedora que posee lo ayude en esta difícil tarea. Si quiere un consejo no solicitado, le sugeriría que los problemas en la cartera de Agricultura se concentran en tres frentes con sus respectivas aristas:

El primero, el político, si no cuenta con respaldo, todo lo que pueda avanzar o corregir será inútil, o muy lento. El segundo, el interno, si no se reorganiza y controla internamente el funcionamiento del Ministerio de Agricultura y de las empresas adscritas, se seguirán con los reclamos y escándalos, no se avanzará nada en asistencia sobre todo a los pequeños agricultores. El organigrama antiguo referente a la creación de las direcciones por cultivos y entidades adscritas daría mejor resultados que el mantenimiento de varias subsecretarías. El tercero, la dirigencia agrícola, hay que ver la manera que sea la representación de los verdaderos agricultores, que no sea vitalicia, con esto nos ahorraríamos conflictos muchas veces personales o de cuatro interesados en algún propósito particular.

Todos aspiramos a que el Ministerio de Agricultura sea asesor técnico y controlador de la actividad, no nos alegra que esté involucrado en conflictos legales y gremiales, queremos que sea una cartera de desarrollo agropecuario, en especial para el pequeño agricultor y ganadero, al que más le afectan las malas políticas agropecuarias. A veces el público agrícola cree que el ministro tiene superpoderes y sabe todo, qué lejos están de la realidad; por eso es importante rodearse de gente que sea afín, tenga conocimientos y sobre todo sea honesta. Esperamos que su gestión sea exitosa para beneficio de todos.(O)

Cecilio Jalil Morante,
ingeniero agrónomo, Guayaquil