La organización científica Global Footprint Network (Red de huella global) ha establecido que el pasado 1 de agosto marcó el día en que el planeta consumió su “presupuesto ecológico”, lo que significa que los requerimientos por recursos naturales de la población mundial rebasaron lo que los ecosistemas productivos pueden renovar hasta la culminación del presente año, la fecha de sobrecapacidad se adelantó un mes respecto del año 2017, apreciación difundida por la conservacionista independiente WWF, clara indicación de la presión de las actividades humanas sobre los bienes que la naturaleza está en capacidad de ofrecer, por lo que haría falta “el equivalente a 1,7 planetas” para satisfacer las necesidades poblacionales actuales.

La valoración se ha realizado sumando lo que la humanidad requiere de alimentos, madera, fibras, la misma infraestructura, calificadas de insuficientes por el impacto de la denominada huella ecológica mundial afectada por la excesiva combustión de materiales fósiles como el petróleo. La WWF proclama que este déficit o “deuda ecológica” solo se podrá sostener por un tiempo limitado, entrando luego la Tierra en un periodo de degradación que la aproxima al colapso, cuyas señales empiezan a notarse en las sequías prolongadas en algunas zonas, desertificación de otras, erosión de suelos en altas proporciones, baja productividad de los cultivos, desaparición de especies animales y vegetales e innegable aumento del contenido de dióxido de carbono en la atmósfera.

Utilizando otra terminología, los activistas de la conservación del ambiente proclaman que llegó la fecha, el 1 de agosto, en que el hombre ha talado más árboles, ha consumido más suelo fértil, más agua y también ha capturado más peces y alimentos naturales de lo que buenamente puede proporcionar el medio en un año. Paralelamente, la atmósfera planetaria fue impactada en el 2017 con los niveles más altos de gases de efecto invernadero, con un dióxido de carbono que alcanzó la cifra récord histórica de 405 partes por millón, sumándose un ascenso del nivel del mar más allá de lo observado en varias décadas. La fecha límite para Ecuador, establecida por la antes referida entidad científica, será el próximo 28 de octubre, debiendo subsistir de allí para adelante a base de “sobregiros ecológicos”, poniendo en riesgo el futuro abastecimiento de alimentos y servicios ambientales.

Las razones que exacerban esta anómala situación obedecen al consumo excesivo y desperdicios de alimentos, de tal magnitud que la tercera parte de la producción mundial termina en los basurales. Paradójicamente, las estimaciones del Programa Mundial de Alimentos acusan que el hambre es el principal riesgo para la salud y extermina más personas que el sida, la tuberculosis y la malaria juntos, tétrico escenario empeorado por la existencia de 821 millones de seres humanos subalimentados.

Sin embargo, es posible revertir este proceso volviendo más eficientes las actividades productivas y domésticas, consumiendo los bienes estrictamente necesarios, evitando dispendios, optimizando el uso del agua, abatir las tasas negativas de tala forestal, emplear energías renovables, mitigando las emisiones de gases de efecto invernadero y tantas recomendaciones que solo un plan racional de capacitación nacional podrá ofrecer en la búsqueda de una nación ecológicamente autosuficiente. (O)

 

Los requerimientos por recursos naturales de la población mundial rebasaron lo que los ecosistemas productivos pueden renovar hasta la culminación del presente año, la fecha de sobrecapacidad se adelantó un mes respecto del año 2017.