De pequeño y gran tamaño son los 455 huecos que contabilizó este Diario en un recorrido realizado en las camineras que conducen a la ecoaldea en la isla Santay, los cuales le confieren una imagen deplorable a lo que se supone sea un atractivo turístico. Los ciclistas solo pueden recorrer el puente de acceso desde Guayaquil y a partir de ahí deben continuar a pie, por la cantidad de huecos que han reaparecido en el sendero.

En junio, cuando se reabrió el acceso de ese puente, que tuvo que ser reparado tras el choque de un buque, también había sido refaccionada la caminera de 1,8 km que conduce hasta la ecoaldea, pero restaba por arreglar el tramo de 4,3 km que continúa desde la ecoaldea hacia el puente que une la isla Santay con Durán. Las averías de las dos camineras suman 455 huecos, también hay un número considerable de barandas faltantes.

La baja de la actividad turística que lamentan los comuneros no solo se debe a la afectación ocasionada por las embarcaciones que chocaron los puentes que unen la isla Santay con Guayaquil y Durán, sino también por la falta de un oportuno y adecuado mantenimiento de las camineras. (O)