Mi estrategia
En cambio
Más profunda y más
Simple

En 1974 Mario Benedetti –escritor uruguayo– publicó un poema sobre la seducción al ser amado y lo llamó Táctica y estrategia. Eliseo Subiela lo usó para reforzar la trama de El lado oscuro del corazón –la película basada en la poética de Oliverio Girondo– y yo… yo

lo usé para enamorar a mi esposa.

Pero también lo usé para cautivar a mis estudiantes de marketing.

Porque determina de manera extraordinaria las diferencias entre los procedimientos y reglas de corto plazo –las tácticas– y el camino a seguir para lograr los objetivos en el largo plazo –la estrategia–.

Tácticas y estrategia se suelen mal usar indistintamente. Pero debemos diferenciarlas. Sin estrategia –como Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carrol– no importa el camino que tomemos que todos llevan a cualquier lugar. Sin estrategia estamos destinados a vivir insatisfechos sin avanzar; pero sin tácticas no podemos dar los pasos necesarios para llegar al destino deseado.

¿De qué sirven el arco y la flecha si no tenemos un objetivo? ¿Qué hará Cupido o Celestina si Calisto no tiene su Melibea? ¿Orfeo sin Eurídice? ¿Ulises sin Penélope? ¿Para qué lanzar un mercado una marca si no definimos un grupo objetivo, un posicionamiento diferenciador, una oferta única, objetivos medibles y un horizonte de tiempo?

Tácticas y estrategia son complementarias. Son como los árboles y el bosque, diferentes perspectivas de una misma categoría. Y para Sun Tzu –general y estratega chino, autor de El arte de la guerra– la estrategia se trata de ganar antes de empezar una batalla y la táctica se trata de atacar las debilidades del oponente.

Las tácticas son fáciles de cambiar. La estrategia no. Pero cuidado. Que en la guerra, la política, el mercado y el amor nada está escrito en piedra. Creer que la estrategia posee leyes inexorables es un error escribió Robert Greene en Las 33 estrategias de la guerra.

Las tácticas incluyen la observación, la escucha, la comunicación franca. Como dice el poeta, buscan “construir con palabras / un puente indestructible”. Las tácticas son móviles, flexibles, parciales. La estrategia es holística, sistémica e integradora; construye fortalezas, alianzas, calcula escenarios futuros, determina un fin.

Las tácticas son múltiples y la estrategia –como dice Geoffrey P. Chamberlain– tiene un enfoque simple, “único y coherente”.

Pero prefiero la descripción de Benedetti.

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites. (O)